este es un artículo que desarrollé en un momento de profundo pensamiento, sobre nuestro origen, espero os aporte algo.
Pensar en el universo visible, nos lleva a una situación que se nos escapa a nuestras manos, aquí la función espacio tiempo se alarga demasiado, ante las enormes medidas o distancias interminables e infinitas que nos muestran según los últimos estudios.
Si queremos asimilar esta complejidad con la actual tecnología de que disponemos, no hallaremos seguramente las respuestas válidas que nos acerquen a su veracidad, sin dejar “agujeros” que nos hagan dudar, y así poder generar hipótesis mas o menos ciertas, pero a veces de difícil demostración y comprobación.
Nosotros creemos que somos lo que vemos y así nos identificamos. Analizamos las cosas bajo una perpectiva de proyección e imagen real. Nos posicionamos en un plano con dimensión y cuerpo y fabricamos nuestra realidad, en base a esta medida diferenciada.
La energía y otras fuentes tangibles que nos son conocidas, constituyen los módulos o elementos de los cuales partimos para nuestra evolución, proceso y desarrollo. Hablar de otras dimensiones dentro de los diferentes planos que ocuparían espacios diferentes, tan solo son fantasías sin un aval propio y firme, que nos conceda una claridad objetiva y con razón de ser y entender.
Al estadio que creemos pertenecer, hoy por hoy, es nuestra única realidad visible a nosotros y las conjeturas que se hagan respecto a otros niveles, tan solo servirían para distorsionar la verdad que sabemos como tal y entendemos.
La pregunta: ¿Dónde nos encontramos?, no tiene una respuesta simple. Si nos lanzamos a la aventura del conocimiento de la mente, e intentamos dar vida a las imágenes que vislumbramos, apartándonos de la autenticidad que creemos, pasaremos a un sin fin de formas, que aunque carentes de objetividad por su difícil demostración, no pueden ser descartadas de manera fehaciente hoy por hoy por nosotros.
La vida como un sueño colectivo, desarrollado por una mente; la vida como una realidad y ficción en un filme, donde los espectadores siguen ensimismados las secuencias que se suceden; la vida como elementos integrantes de un macro cuerpo, del que tan solo seriamos formas microscópicas en su lógica evolución y proceso; la vida como evolución propia, sin fondo ni dirección lógica al entendimiento individual y colectivo; la vida como integración colectiva hacia algo superior (llamémosle Dios o Fuerza); la vida como el sueño de Dios proyectado o el sueño dentro del sueño; la vida como un plano dentro de otro, inferior o superior.
Hay miles de maneras de entenderla, al apartarnos de nuestra situación real, según la vemos y valoramos. Pero si nos atenemos a las circunstancias que utilizan nuestras funciones y que nos resultan a nosotros tan reales, la vida aún, y no dejando de resultar compleja, nos plantea una cara mas existencial al ser humano y que nos sirven como pilares básicos, de un posterior desarrollo y comprensión.
La vida nació del Cosmos y no sabemos porqué. Evolucionó en nuestro planeta Tierra, adquiriendo movimiento y dirección, además de la comprensión lícita del medio en el que se desenvuelve. Así y por evolución apareció el hombre, rey de la creación. Progresamos intentando adaptar el ambiente a nosotros y necesitamos reconocer a todo nuestro entorno, a falta de una respuesta a nuestra procedencia y destino. Dirigimos la mente hacia lo desconocido, usando el pensamiento y la razón. A pesar de las dificultades, es seguro que algún día sabremos algo más. Hoy tan solo decimos que ocupamos un lugar en el espacio, que somos seres dotados de inteligencia y sospechamos que en este universo, existen elementos semejantes a nosotros, posiblemente compartan inquietudes paralelas. A pesar de todo lo expuesto, todavía nos queda la duda y la necesidad de saber, ¿Donde nos encontramos?.
Pensar en el universo visible, nos lleva a una situación que se nos escapa a nuestras manos, aquí la función espacio tiempo se alarga demasiado, ante las enormes medidas o distancias interminables e infinitas que nos muestran según los últimos estudios.
Si queremos asimilar esta complejidad con la actual tecnología de que disponemos, no hallaremos seguramente las respuestas válidas que nos acerquen a su veracidad, sin dejar “agujeros” que nos hagan dudar, y así poder generar hipótesis mas o menos ciertas, pero a veces de difícil demostración y comprobación.
Nosotros creemos que somos lo que vemos y así nos identificamos. Analizamos las cosas bajo una perpectiva de proyección e imagen real. Nos posicionamos en un plano con dimensión y cuerpo y fabricamos nuestra realidad, en base a esta medida diferenciada.
La energía y otras fuentes tangibles que nos son conocidas, constituyen los módulos o elementos de los cuales partimos para nuestra evolución, proceso y desarrollo. Hablar de otras dimensiones dentro de los diferentes planos que ocuparían espacios diferentes, tan solo son fantasías sin un aval propio y firme, que nos conceda una claridad objetiva y con razón de ser y entender.
Al estadio que creemos pertenecer, hoy por hoy, es nuestra única realidad visible a nosotros y las conjeturas que se hagan respecto a otros niveles, tan solo servirían para distorsionar la verdad que sabemos como tal y entendemos.
La pregunta: ¿Dónde nos encontramos?, no tiene una respuesta simple. Si nos lanzamos a la aventura del conocimiento de la mente, e intentamos dar vida a las imágenes que vislumbramos, apartándonos de la autenticidad que creemos, pasaremos a un sin fin de formas, que aunque carentes de objetividad por su difícil demostración, no pueden ser descartadas de manera fehaciente hoy por hoy por nosotros.
La vida como un sueño colectivo, desarrollado por una mente; la vida como una realidad y ficción en un filme, donde los espectadores siguen ensimismados las secuencias que se suceden; la vida como elementos integrantes de un macro cuerpo, del que tan solo seriamos formas microscópicas en su lógica evolución y proceso; la vida como evolución propia, sin fondo ni dirección lógica al entendimiento individual y colectivo; la vida como integración colectiva hacia algo superior (llamémosle Dios o Fuerza); la vida como el sueño de Dios proyectado o el sueño dentro del sueño; la vida como un plano dentro de otro, inferior o superior.
Hay miles de maneras de entenderla, al apartarnos de nuestra situación real, según la vemos y valoramos. Pero si nos atenemos a las circunstancias que utilizan nuestras funciones y que nos resultan a nosotros tan reales, la vida aún, y no dejando de resultar compleja, nos plantea una cara mas existencial al ser humano y que nos sirven como pilares básicos, de un posterior desarrollo y comprensión.
La vida nació del Cosmos y no sabemos porqué. Evolucionó en nuestro planeta Tierra, adquiriendo movimiento y dirección, además de la comprensión lícita del medio en el que se desenvuelve. Así y por evolución apareció el hombre, rey de la creación. Progresamos intentando adaptar el ambiente a nosotros y necesitamos reconocer a todo nuestro entorno, a falta de una respuesta a nuestra procedencia y destino. Dirigimos la mente hacia lo desconocido, usando el pensamiento y la razón. A pesar de las dificultades, es seguro que algún día sabremos algo más. Hoy tan solo decimos que ocupamos un lugar en el espacio, que somos seres dotados de inteligencia y sospechamos que en este universo, existen elementos semejantes a nosotros, posiblemente compartan inquietudes paralelas. A pesar de todo lo expuesto, todavía nos queda la duda y la necesidad de saber, ¿Donde nos encontramos?.