Trato de dar a entender una realidad cierta, sobre nuestra vida y futuro y lo fundamental de vivir con valores que nos acerquen más a nosotros, sin depender tanto del medio físico que nos sostiene. Sabiendo que el ser humano es todo un potencial, lo que da significado a su subsitencia, en un mundo sometido a todo tipo de erosiones externas. La importacia estriba en saber que si vivimos con la compulsión de sobrevivir a costa de sostener un medio y una imagen ficticia, para hecersela ver a los demás, sin percatarnos de nuestra falta de autenticidad, nos llevará al declive, en la apreciación y amor hacia nosotros y el prójimo y al finalizar el proceso vital, tan solo seremos muertos y olvidados, ya que ciertamente, nunca estuvimos realmente vivos.
Hay veces que me siento en la mesa de estudio y dejo de volar al pensamiento, intentando ver, queriendo entender la complejidad de todos nosotros y el resto de las cosas que nuestros ojos puden ver.
Analizo con sosiego las vicisitudes del proceso y me lleno en lo mas profundo de la conciencia, de un malestar que aprieta mi corazón y confunde a mi cerebro.
La vida nos presenta paradojas inciertas a todos. Nacemos nos desarrollamos y evolucionamos. En ocasiones se rompe el proceso, retornando a un estado primigenio, lo que provoca angustia, mala adaptación y el rompimiento de la conciencia del sujeto que la padece y los elementos agregados, por asociación o afinidad. Todo se está cumpliendo de manera generalizada, bajo un orden cíclico y en base al lógico proceso de la reacción en cuestión. Sin embargo los sistemas de autodefensa y conservación, hace analicemos cada hecho aislado como un todo, lo cual permite perdamos el sentido plural y cierto de las cosas.
Los instintos naturales, de autoconservación, evolución y posterior subsistencia, generan predisposición y fuerzas contrarias que se anteponen y luchan por frenar, modificando en lo posible esta disposición, necesaria, cierta e inapelable de todo este proceso de reacción en cadena.
Mis sistemas de defensa, han hecho una apreciación paralela y la conciencia y consciencia desarrollada, juegan un papel salvaguardandista, que protege al “ego” y lo simplifica, reduciendo la causa efecto a un lugar de sostenimiento mental favorable y lícito, para la propia subsistencia. Ello a favorecido una catartasis necesaria, pero a su vez a desfigurado en parte, una realidad y veracidad objetiva y necesaria, siendo la base mas argumenrtada en la viabilidad y determinación de la dirección de la vida, su sentido y proyección.
Me pregunto y no hallo respuesta, del sentido que tiene la vida y muerte para nosotros. Si no hay color ni forma, que define este movimiento, si no hay salida a este laberinto, si no hay retorno....... me da miedo esta simplicidad.
El miedo merma nuestras facultades, nuestros sentidos, nos aisla, nos enferma, nos aparta y hace caminemos a ciegas. Se que es parte de la vida, entiendo está ahí, para quien quiera arroparse, esconderse. Igualmente puede bloquear la conciencia y consciencia, nos hace débiles y inseguros. Pero tengo que reconocer, que en ocasiones resulta necesario, es una descarga,, una protección frente a la adversidad. Nos permite liberar tensiones y desesperación extrema. Será un potencial, si es usado para entender dichas situaciones, para reconocer nuestras limitaciones. Si nos doblega, domina y controla, se volverá contra nosotros, lo cual permite se produzcan bloqueos e inseguridades, difíciles de controlar.
El miedo a la muerte, es humano y tiene dirección. El aferrarse a la vida es un sentimiento plural y global de lo animado. El reconocer, asumir y aceptar las condiciones, nos premitirá llegar mas lejos.
La vida, la muerte y todo el proceso de evolución, son una consecuencia cíclica y entendida. El asumirlo, sin dramatizar este orden necesario, permitirá a todo elemento encuadrado, hallar sentido a su estadio temporal, aquí y ahora, generando consecuencias que faciliten la asimilación y adaptación a presentes y futuras circunstancias. Podrán resultar naturales y básicas, si no nos aferramos de manera acelerada a ellas, resultando tan solo la correlación básica al sostenimiento mental de la vida mas evolucionada, en un orden plural y universal.
06/10/02.
Juan de Mata Sánchez Aragón.
Hay veces que me siento en la mesa de estudio y dejo de volar al pensamiento, intentando ver, queriendo entender la complejidad de todos nosotros y el resto de las cosas que nuestros ojos puden ver.
Analizo con sosiego las vicisitudes del proceso y me lleno en lo mas profundo de la conciencia, de un malestar que aprieta mi corazón y confunde a mi cerebro.
La vida nos presenta paradojas inciertas a todos. Nacemos nos desarrollamos y evolucionamos. En ocasiones se rompe el proceso, retornando a un estado primigenio, lo que provoca angustia, mala adaptación y el rompimiento de la conciencia del sujeto que la padece y los elementos agregados, por asociación o afinidad. Todo se está cumpliendo de manera generalizada, bajo un orden cíclico y en base al lógico proceso de la reacción en cuestión. Sin embargo los sistemas de autodefensa y conservación, hace analicemos cada hecho aislado como un todo, lo cual permite perdamos el sentido plural y cierto de las cosas.
Los instintos naturales, de autoconservación, evolución y posterior subsistencia, generan predisposición y fuerzas contrarias que se anteponen y luchan por frenar, modificando en lo posible esta disposición, necesaria, cierta e inapelable de todo este proceso de reacción en cadena.
Mis sistemas de defensa, han hecho una apreciación paralela y la conciencia y consciencia desarrollada, juegan un papel salvaguardandista, que protege al “ego” y lo simplifica, reduciendo la causa efecto a un lugar de sostenimiento mental favorable y lícito, para la propia subsistencia. Ello a favorecido una catartasis necesaria, pero a su vez a desfigurado en parte, una realidad y veracidad objetiva y necesaria, siendo la base mas argumenrtada en la viabilidad y determinación de la dirección de la vida, su sentido y proyección.
Me pregunto y no hallo respuesta, del sentido que tiene la vida y muerte para nosotros. Si no hay color ni forma, que define este movimiento, si no hay salida a este laberinto, si no hay retorno....... me da miedo esta simplicidad.
El miedo merma nuestras facultades, nuestros sentidos, nos aisla, nos enferma, nos aparta y hace caminemos a ciegas. Se que es parte de la vida, entiendo está ahí, para quien quiera arroparse, esconderse. Igualmente puede bloquear la conciencia y consciencia, nos hace débiles y inseguros. Pero tengo que reconocer, que en ocasiones resulta necesario, es una descarga,, una protección frente a la adversidad. Nos permite liberar tensiones y desesperación extrema. Será un potencial, si es usado para entender dichas situaciones, para reconocer nuestras limitaciones. Si nos doblega, domina y controla, se volverá contra nosotros, lo cual permite se produzcan bloqueos e inseguridades, difíciles de controlar.
El miedo a la muerte, es humano y tiene dirección. El aferrarse a la vida es un sentimiento plural y global de lo animado. El reconocer, asumir y aceptar las condiciones, nos premitirá llegar mas lejos.
La vida, la muerte y todo el proceso de evolución, son una consecuencia cíclica y entendida. El asumirlo, sin dramatizar este orden necesario, permitirá a todo elemento encuadrado, hallar sentido a su estadio temporal, aquí y ahora, generando consecuencias que faciliten la asimilación y adaptación a presentes y futuras circunstancias. Podrán resultar naturales y básicas, si no nos aferramos de manera acelerada a ellas, resultando tan solo la correlación básica al sostenimiento mental de la vida mas evolucionada, en un orden plural y universal.
06/10/02.
Juan de Mata Sánchez Aragón.