Ha sido expectacular y a su vez un desastre. El domingo cayó de lo lindo en el Tamaral y su comarca. Sobre las 11 horas hice el recorrido, de Puertollano a esta localidad y eso no era llover era diluviar. Llevaba la máxima velocidad de los limpias y no daban a basto. Los arroyos de la nueva trinchera junto a la vieja, iban a tope. La carretera desde cruce, a la localidad, el agua salto por varios lugares y el segundo barrio, algunas casas anegadas. Era bonito de presenciar las cascadas del Manzanillo, no así, las viviendas que sufrieron este acoso de la riada, para ellos fué alarmante y preocupante. Todo efecto positivo, tiene en ocasiones, hechos menos gratos, pero así es la naturaleza, es un proceso necesario e inevitable.
Si Juán, estamos viendo los problemas que está causando el cambio climático. Como bien sabe la gente del Tamaral, antes por esa zona no llovía tanto y con tan mala leche, como lo hace ahora. O si no que se lo digan a los habitantes de Nueva York que desde 1890, no tenían un huracán como el que les ha pasado por encima. El mar estaba demasiado caliente y esto se veía venir. Aquí en Madrid está lloviendo muy bien, pero en Andalucía y el oeste de Castilla la Mancha está lloviendo con demasiada fuerza. Y eso no es bueno. Un abrazo.