Hay economistas que defienden que la jubilación hay que retrasarla a los 70 años debido a las nuevas esperanzas de vida para que el sistema sea sostenible y yo por una vez voy a estar de acuerdo con ellos, me explico. Los economistas, gente de oficinas, de la enseñanza que así lo compartan, políticos, militares, gente de iglesia, autónomos, empresarios que defiendan esta postura y el resto que lo pueda desear voluntariamente, no a los 70 años, mejor a los ochenta, ya que tanto piensan en su comprensión sostenible. Pero que dejen al margen a la gente del campo, a los mineros, a los que trabajan en refinerías de operarios y montaje, a los de la construcción, a los sanitarios sometidos a esfuerzos y estrés continuo y a tantos otros, que están sufriendo un deterioro físico y psíquico, esos necesitan sentir vida, salud y libertad, al menos los últimos días de su amarga vida. No olvidemos, a los que no podrán trabajar por la edad, los que no cotizaran por no hallar un puesto de trabajo, los impedidos, los marginados, para esos, siempre hay jubilación voluntaria y forzosa, la carencia de por vida de la propia supervivencia. Yo pediría a esos "trepas" de los sistemas, que cuando a ellos les llegue el momento, ya que nadie está eximido de pecado, asuman la realidad que proponen y sufran en sus carnes esa consecuencia, es muy fácil hablar con los números, siempre que estos no llamen a tu puerta. Si entiendes el paro, la jubilación retardada, la necesidad de las crisis, deberías experimentarlas en tu propio yo y posteriormente ver como te defines, sentir a tus hijos con hambre y necesidades, llamar a las puertas y que todas se cierren, padecer miseria y enfermedades y saber que estás aislado de todo y del mundo, con esa realidad, me gustaría escuchar a economistas y políticos, para entender sus posiciones y compartirlas. mientras no sea así, mi postura es clara, jubilación como máximo a los sesenta, para conseguirlo solo hay una fórmula magistral, que no aplica el capital, ni los políticos, por no interesarles, que todos podamos trabajar y cotizar, que los que roban no se les justifique, que los políticos dependan de sus trabajos, que los sueldos sean más equilibrados entre todos y que los sacrificios sean compartidos por todas las partes, que el paro sea una experiencia de unos cuantos, si no cíclico, es decir que todos lo experimentemos. Como nadie es imprescindible, que puestos de estos que se creen que solo ellos tienen derecho, sean reciclados por jóvenes que salen con carreras y oficios y no hallan lugar, teniendo que emigrar. Esas, deberían ser las formas estructurales y no la destrucción masiva de puestos de trabajo. Controlar a los "buitres", de la banca, directivos de empresas, empresarios avaros y sin escrúpulos y todo ese deterioro del que nadie quiere ni hablar. Lo fácil es lo que hacen, humillar al débil, destruir a la familia y generar psicosis del miedo, afectando a la salud económica de la gente.