Yo tamien estoy fuera del
pueblo y me he acordado mucho de esa iluminaria tan grande que muchos años he vivido, con los
amigos y con la
familia.
Parece que cuanto más frio hace, mas apetece acercarse a la lumbre de
San Anton, y por supuesto, darle las 3 vueltas para que no se caiga el rabo.
Genius.