TORRENUEVA: " ¡Muchachos, tened cuidado con la vuelta a San Antón,...

" ¡Muchachos, tened cuidado con la vuelta a San Antón, que está el Candil retorciendo cascabeles !"

Esta frase entraña un gran contenido de lo que era la fiesta de San Antón. Y no es mi intención molestar a Antonio "el candil", antiguo habitante de Torrenueva y ahora ciudadano de Valdepeñas, pero es que en los tiempos a los que me remoto podía suceder de todo. Quizás fuese fama inmerecida, pues siempre he considerado en alto grado a esta persona; pero ese era el grito con el que los muchachos más mayores querían disuadirnos de ir a dar las consabidas vueltas a San Antón el día 16 de Enero por la tarde y noche. Pues el día 17 solo se podía ir con caballerías. Evidentemente me refiero a dar las vueltas "EN REATA".

La reata consistía en ir enganchados unos con otros, en fila o en doble fila, con guitas o "ataeros" de la siega, cuantos muchachos podíamos. Y los que disponían de pretales (su nombre real es petral)o campanillas de las mulas, se las ceñían en bandolera. Y de esta guisa dispuestos y conducidos por el de mayor edad de los que componíamos la reata, íbamos corriendo por todo el pueblo hasta que llegábamos a la ermita de San Antón. Y allí dábamos vueltas cantando eso de : " San Antón, guárdemelo, el rabillo de mi gorrinillo, el rabón de mi gorrinón." El problema era que alguien retorciese uno de los cascabeles que componían el pretal y dejase aquello destrozado. ¿ Cómo iba uno a presentarse en su casa con el pretal roto?

Entre las distintas cuadrillas de chavales había "rencillejas", que en algunas ocasiones acababan en "acanteos" (del que otro día hablaré). Y esos celillos, creo yo eran los que salían a relucir para disuadir a los demás de que no fuesen en reata a San Antón. Y el pobre Antonio, "el candil", fuese verdad o mentira era el personaje al que se le achacaban la retorcedura de los dichosos cascabeles.

Así que cuando entro en la bodeguilla de mi casa y veo el pretal de cascabeles, que mi padre aún conserva, no puedo por menos que acordarme de aquellos momentos, tan dulces y divinos. ójala y esos juegos y esas tradiciones volviesen otra vez, pero sin acritudes ni resentimientos, sino por el simple placer de volver a ser niños. Con mucho afecto un Torreveño de pura cepa. Por que aunque no vivo allí, no dejo de pensar en el pueblo; así que cuando voy allí y alguien trata de decirme que soy forastero o del lugar dónde vivo ahora, yo hago mención de una frase de Antonio Gala, famoso escritor, al cual álguien trató de herirle, diciéndole que él no era de Córdoba, sino de Brazatortas, ya que nacío circunstancialmente en una evacuación de la guerra o como consecuencia de ella, y el dijo una de las frases mas bonitas que he oído jamás: " SE éS DE DONDE SE SUEñA ". PDCS
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