El año pasado tuve la suerte que me llevaran a ver el pequeño vaticano, precioso, en plena
Semana Santa, aunque hubo algo que no me gusto nada, entre a la
iglesia y una buena señora al ver que estaba de visita, sin preguntarle ni nada empezó a explicarme que si el
Santo esto, que si la
Virgen lo otro, yo hacia
fotos, era merecía la pena tenerlas. Esta buena señora se puso a hablarme mal del cura, yo que ni pregunté, ni me interesaba si el cura era bueno o malo, el caso es que quise dejar un donativo,
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