Compañero suyo de misión y de martirio fue San Mateo Alonso Leciniana, de Valladolid. Estuvo más de diez años en la misión de Indochina, desarrollando una incansable actividad. Siempre, sin residencia fija, en peligro constante, de escondite en escondite. Traicionado por un individuo que le debía muchos favores, fue detenido el año 1743. Juzgado junto con Gil de Federich, ambos fueron condenados a muerte y ejecutados el 22 de enero de 1745.