El 12 de julio de 1951 fallecía nuestro máximo poeta manchego Juan Alcaide, por ello hoy, con estas líneas, quiero recordarlo y traerlo a la tierra, evocando uno de sus tantos y tantos bellos poemas, que en estos días de estío también me trae a la memoria aquellas tardes de domingo, en esos patios encalados, regados con agua del pozo, frescos bajo la parra, nuestros padres saboreaban su merecido descanso con la sempiterna limoná y la buena compañía de sus compañeros de fatigas y amigos.
En el “cercao”
Un lebrillo abre el juego. Es la ruleta
donde el vaso, rodando, coge y pasa.
La sed se apaga, el corazón se abrasa,
La frente crece y la corbata aprieta.
¿De qué tabla de angustia oscura y quieta
Se ha cargado de peces nuestra nasa?
La culpa es del “croupier”: su copla arrasa,
minando en nuestra mina, veta a veta.
La tarde da a la cal mil livideces.
Se carga nuestra nasa de más peces.
Se embriagan nuestros ayes de otros ayes.
Dios levanta la banca y nos liquida…
Y empezamos a andar, desde otra vida,
Jugándonos la sombra por las calles.
Mª Reyes Hellín Cruz, una torreveña enamorada de su poesía.
En el “cercao”
Un lebrillo abre el juego. Es la ruleta
donde el vaso, rodando, coge y pasa.
La sed se apaga, el corazón se abrasa,
La frente crece y la corbata aprieta.
¿De qué tabla de angustia oscura y quieta
Se ha cargado de peces nuestra nasa?
La culpa es del “croupier”: su copla arrasa,
minando en nuestra mina, veta a veta.
La tarde da a la cal mil livideces.
Se carga nuestra nasa de más peces.
Se embriagan nuestros ayes de otros ayes.
Dios levanta la banca y nos liquida…
Y empezamos a andar, desde otra vida,
Jugándonos la sombra por las calles.
Mª Reyes Hellín Cruz, una torreveña enamorada de su poesía.