¡Qué tallos hacía tu abuela Paquera¡ No sé si era el hambre o que los hacía realmente ricos. En los 30 años que llevo fuera de Villamanrique he comido churros mejores, pero no se me han quedado tan grabados en mi memoria como aquellos que pregonaban las muchachas por la mañanas, con sus cestas de hojalata, de puerta en puerta. ¡Iban calientes! -decían- porque la verdad es que había que hablar en pasado, ya que cuando te los vendían estaban algo fríos. Pero riquísimos. Díselo a tu abuela, a tu abuelo y a tu tío (quizás tu padre), que no me acuerdo cómo se llamaba, y deberá rondar ahora los 46-47 años.
Por cierto, la casa de Manoplas (que. E. De.)y el carrillo del agua en la fuente es de lo más genuino. Los jóvenes descendientes de villorreños no sabéis lo que es conocer la ducha a los 25 años. ¡Cómo olíamos a humanidad!
Por cierto, la casa de Manoplas (que. E. De.)y el carrillo del agua en la fuente es de lo más genuino. Los jóvenes descendientes de villorreños no sabéis lo que es conocer la ducha a los 25 años. ¡Cómo olíamos a humanidad!