Este poema Dedicado al amigo Viseño Juan Del Campo Muñoz
CRISTO DE DESPEñAPERROS
Crestas De Sierra Morena que dos culturas separas,
La Manchega Cervantina, La Andaluza Gongoriana.
Tienes en Despeñaperros esculpido en roca blanca
El Santo rostro de Cristo que bendice las dos razas.
Tu arroyo sube sediento hasta Las Ventas de Cárdenas
A beber aguas del Machuco , Cabezamalo y Magaña.
El aire suave del monte lleno de finas fragancias
Y se respira a romero, tomillo y flor en jara.
Para el camino de hierro taladraron tu garganta,
El trueno de los barrenos hizo emigrar a tu fauna.
¡ Ay ¡ ya no canta el herreruelo, ni el jilguerillo en la mata,
Ni mira fijo el mochuelo donde se esconde la rata.
No huye la perdíz roja del zorro que va de caza
Ni pone el cuco su huevo en el nido de la urraca
No hay lobos en tus pedrizas ni linces entre sus zarzas,
Ni águilas volando rasas prestas a clavar sus garras.
No cruzan por sus veredas aquellas recuas cargadas,
Ni en tus barrancos se escucha aquel cantar por livianas.
Las negras locomotoras envenenaron tus plantas,
Humo, vapor y cenizas vomitan por tus quebradas.
Tu arroyo corre zaino arrastrando sucias aguas,
Con lágrimas que lloran por tus laderas tus plantas.
Con óxido de carbono se cubre tu roca blanca,
Y son como lirios negros las lágrimas que derrama.
La cara de Dios, frontera entre Andalucia y La Mancha.
Joaquin Moreno Ureña
Momo69760@hotmail.com
Móstoles, 2000.
CRISTO DE DESPEñAPERROS
Crestas De Sierra Morena que dos culturas separas,
La Manchega Cervantina, La Andaluza Gongoriana.
Tienes en Despeñaperros esculpido en roca blanca
El Santo rostro de Cristo que bendice las dos razas.
Tu arroyo sube sediento hasta Las Ventas de Cárdenas
A beber aguas del Machuco , Cabezamalo y Magaña.
El aire suave del monte lleno de finas fragancias
Y se respira a romero, tomillo y flor en jara.
Para el camino de hierro taladraron tu garganta,
El trueno de los barrenos hizo emigrar a tu fauna.
¡ Ay ¡ ya no canta el herreruelo, ni el jilguerillo en la mata,
Ni mira fijo el mochuelo donde se esconde la rata.
No huye la perdíz roja del zorro que va de caza
Ni pone el cuco su huevo en el nido de la urraca
No hay lobos en tus pedrizas ni linces entre sus zarzas,
Ni águilas volando rasas prestas a clavar sus garras.
No cruzan por sus veredas aquellas recuas cargadas,
Ni en tus barrancos se escucha aquel cantar por livianas.
Las negras locomotoras envenenaron tus plantas,
Humo, vapor y cenizas vomitan por tus quebradas.
Tu arroyo corre zaino arrastrando sucias aguas,
Con lágrimas que lloran por tus laderas tus plantas.
Con óxido de carbono se cubre tu roca blanca,
Y son como lirios negros las lágrimas que derrama.
La cara de Dios, frontera entre Andalucia y La Mancha.
Joaquin Moreno Ureña
Momo69760@hotmail.com
Móstoles, 2000.