Soy uno de los miles de viseños que nos hemos vistos obligados, por circunstancias de trabajo, fundamentalmente, a dejar nuestro pueblo. Por mucho tiempo que pase, siempre llevaré mi pueblo en mi corazón, porque es imposible arrancarlo de él, y con orgullo y dignidad, lo llevaré como estandarte, vaya donde vaya, porque si hay algo a lo que jamás renunciaré, es a mi condición de viseño. Un saludo de corazón, para todos los viseños del mundo. J.m.g.te.