“A LA DESIERTA
PLAZA ” De Antonio Machado
A la desierta plaza
conduce un laberinto de callejas.
A un lado, el viejo paredón sombrío
de una ruinosa
iglesia;
a otro lado, la tapia blanquecina
de un
huerto de
cipreses y
palmeras,
y, frente a mí, la
casa,
y en la casa la
reja
ante el cristal que levemente empaña
su figurilla plácida y risueña.