El otoño se encarga de sacarle a esa vegetación (chopos, zumaques, agracejos, quejigos, buje, etc) toda una paleta de colores muy rica en matices. Disfrutarlos, todo un placer.
Así eran los pueblos de Castilla en la dura postguerra. Sí; ese tiempo de silencio, resignación y trabajos. Casi se cuela en la foto una casa que construía con ilusión el abuelo de Alicia; y su padre. Aparece pequeñita y humilde en el camino que baja al lavadero; ya nadie vive en ella, pero hubo un tiempo en el que sus dos balcones lucían los geranios en verano y la alegría de sus moradores todo el año. Allí habitó la belleza, esa cosa tan deseable y efímera. Ahora, por el camino que sube al cerro ... (ver texto completo)
esta foto es de Camarillo y la debio hacer hacia los años 33 o 34 o sea que ya eran grises antes de la guerra pero habia muchas personas.