Contaban con magníficas ensaladas a base de ruda, lechuga, berro o malva, a las cuales se añadían otras traídas de provincias. Además, la península era rica en
árboles frutales, por lo que contaban con manzanas, peras, ciruelas, membrillos,
cerezas, melocotones, granadas, higos,
nueces,
castañas y un sinfín de
frutas. Sin embargo, algunas de las más comunes hoy, no crecían en la antigua
Italia. Los melones comenzaron a cultivarse en el siglo I, mientras que limones y pomelos no llegaron hasta la
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