ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

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Marie era ludópata. Jugaba compulsivamente y vivía como si supiera que no le quedaba mucho tiempo y tenía que aprovechar cada momento. Pero entre sus virtudes se contaba la de la generosidad con las personas necesitadas, y en especial con las jóvenes que se encontraban en situaciones similares a las que ella había padecido.
Mujer elegante y refinada, adoraba las flores, y especialmente las camelias, de las que vivía rodeada. Su carácter solía ser alegre, pero sus cambios de humor eran extraños: tan pronto aparecía exultante como entraba en periodos de repentina melancolía. Además era mitómana. No podía evitar mentir constantemente, de una forma incluso absurda, y cuando un amigo le preguntó por qué lo hacía, ella respondió:

—Mentir blanquea los dientes.
En 1844, cuando contaba 20 años, pasó a ser mantenida en exclusiva por el anciano conde von Stackelberg, quien había sido embajador ruso. Marie le recordaba al caballero a una hija suya que había muerto muy joven, algo que despertó su instinto protector. El conde pagaba sus facturas, compraba en Inglaterra caballos para ella y alquilaba palcos en los mejores teatros de París. En su lujosa vivienda del Boulevard de la Madeleine, amueblada al estilo Luis XV, Marie recibía a toda la intelectualidad ... (ver texto completo)
Además de Agénor tuvo muchos otros amantes dispuestos a arruinarse por ella. Hubo un momento en el que tenía siete al mismo tiempo. Uno de los más conocidos fue el conde Edouard de Perregaux. Pero la salud de Marie, que padecía tuberculosis, comenzó a agravarse por entonces, y eso motiva que se desplace a Baden-Baden para beneficiarse de las aguas termales. Cuando regresa a París, él se había arruinado y no podía seguir manteniéndola.
Es posible que ella diera a luz un hijo de Guiche en 1841, una criatura que sería entregada en adopción y que posteriormente moriría de una neumonía. En cualquier caso, la historia no duró mucho, porque la familia de él, alarmada ante las negativas repercusiones que esa relación podría tener sobre la brillante carrera de Agénor y sobre el propio apellido, tomó cartas en el asunto y logró que se separaran.
El joven Agénor de Guiche, posteriormente duque de Gramont y ministro de Asuntos Exteriores de Napoleón III, se enamoró de ella y se ocupó de que recibiera una educación esmerada. Marie aprendió a bailar, a tocar el piano, a hablar francés correctamente como cualquier aristócrata y sin ese acento normando, y a comportarse en sociedad. Pronto se convirtió en ávida lectora y se interesaba por las noticias de actualidad con las que poder ofrecer conversación.
Las exigencias económicas de la bella comenzaron a ser desmedidas, y al cabo de un año Nollet ya no era capaz de satisfacerlas. Alphonsine comenzó a buscar otros hombres que pudieran pagar sus lujos. Para ello era buena idea dejarse ver en el teatro, así que se convirtió en asidua de la Comedie Française y de otros lugares convenientes para la consecución de sus fines. Fue por esta época cuando cambió su nombre por el de Marie, y añadió el aristocrático du a su apellido.
Tenía 16 años y era preciosa con su cabello oscuro y sus enormes ojos negros bordeados de largas pestañas. Pálida y delgada, tenía un conmovedor aire de fragilidad que nunca la abandonó. Un domingo paseaba con unas amigas por las inmediaciones del Palais Royal y se detuvieron a tomar algo en el restaurante de Monsieur Nollet, quien quedó subyugado por la joven. Se trataba de un hombre de buena posición, de modo que pudo instalar a Alphonsine en un pequeño apartamento de la rue l’Arcade, con tres ... (ver texto completo)
Cuando Alphonsine tenía quince años, después de trabajar en un mesón y en una fábrica de paraguas, llegó a París con una compañía de gitanos. Allí trabajó en una tienda a cambio de un salario miserable y comenzó a aprender el oficio de modista. El escritor Nestor Roqueplan cuenta cómo fue su primer encuentro durante esa época: ella miraba anhelante las patatas fritas que vendían en la calle. Roqueplan sintió lástima y le compró algunas, que la joven devoró con avidez.
Un año más tarde Alphonsine comenzaba en el oficio de lavandera. Por esas fechas su padre hacía negocio vendiéndola a un anciano de 70 años, que abusó de ella durante un tiempo. La niña se escapó y encontró un empleo como sirvienta, pero Marin se presentó a buscarla
Al marcharse de su hogar, Marie dejó a sus dos hijas a cargo de unos parientes, con la intención de reclamarlas cuando le fuera posible. Lamentablemente la mujer fallecía poco después, víctima de la tuberculosis, y Alphonsine y su hermana Delphine se separaron. Alphonsine vivía y trabajaba en la granja de estos parientes y, según el biógrafo Romain Vienne, fue violada por uno de los trabajadores contando once o doce años. Cuando se conoció el incidente, la niña fue devuelta a su padre.
Marie Duplessis: la verdadera Dama de las Camelias

“No soy yo quien baila demasiado rápido; son los violines los que tocan muy lento.”

(Marie Duplessis)

Su verdadero nombre era Rose Alphonsine Plessis. Había nacido en un pueblo de Normandía el 15 de enero de 1824, en el seno de una familia humilde. Su madre, Marie Deshayes, procedía en realidad de una familia de aristócratas a los que la Revolución privó de fortuna. La pobre mujer cometió el error de enamorarse del hombre equivocado: Marin ... (ver texto completo)