Metió primero un pie, luego el otro, se tapó la nariz y se lanzó hacia la oscuridad. Pero llevaba demasiada ropa. Resultaba demasiado grueso con tanta lana para poder deslizarse hasta la parrilla de la chimenea y entrar en la primera casa. Atascado a mitad del - ¡Nunca más! El año que viene vendré antes.