Una manzana está esperando en una parada de autobús y se acerca un melocotón y le pregunta: - ¿Hace cuánto que espera? Y la manzana le contesta: - No soy pera. Soy manzana
¡Tendré que ponerme las gafas de "anea"! No reconozco a nadie, así que debo estar perdiendo la vista, ¡o las facultades, que aún es peor!