En este día, se entrecruzan las dos
tradiciones litúrgicas que han dado origen a esta celebración: la alegre, multitudinaria, festiva liturgia de la
iglesia madre de la ciudad
santa, que se convierte en mimesis, imitación de los que Jesús hizo en Jerusalén, y la austera memoria - anamnesis - de la pasión que marcaba la liturgia de Roma. Liturgia de Jerusalén y de Roma, juntas en nuestra celebración. Con una evocación que no puede dejar de ser actualizada.