La dama, que era alta e iba vestida con finas sedas, se abrió camino y dijo:
-Pongo ante ti este enigma: ¿dónde están el collar y los pendientes que perdí ayer? No me atrevo a decírselo a mi marido que es un hombre muy celoso y puede pensar que se los he dado a algún amante. ¡Dime astrólogo, dónde están o me veré deshonrada! Si me das la respuesta correcta, que no debe de ser difícil para ti, te daré en seguida cincuenta piezas de oro.
-Pongo ante ti este enigma: ¿dónde están el collar y los pendientes que perdí ayer? No me atrevo a decírselo a mi marido que es un hombre muy celoso y puede pensar que se los he dado a algún amante. ¡Dime astrólogo, dónde están o me veré deshonrada! Si me das la respuesta correcta, que no debe de ser difícil para ti, te daré en seguida cincuenta piezas de oro.