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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Billete 5€ 2002, reverso
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

-Mañana te vistes con una túnica andrajosa en cuyo forro coserás cien piezas de oro y preséntate a tu señor. Le dirás: Señor, yo no puedo quedarme aquí y hacerme cargo de todo en tu ausencia, pues no soy digno. En vez de eso, pon a tu hijo en la dirección de todos los asuntos y déjame ir contigo, te lo suplico, adonde quiera que vayas, aunque sea al fin del mundo.
-Habla, soy todo oídos -afirmó Gafur y guardó silencio.
-Es una treta, dice eso para ver cómo te comportas mientras él está lejos. Atiende mi consejo y escucha lo que tengo que decirte -contestó el hada.
-Mi amo va en peregrinación y yo llevaré el control de su casa ¿es que acaso eso indica que ya no confía en mí? -exclamó Gafur.
- ¡Oh, sí que tienes mi pobre niño!, está el hijo de tu amo y todos los sirvientes de tu casa. Ahora el noble mismo está en contra tuya, por lo tanto te diré como recuperar sus favores, de otra manera no lo conseguirás
- ¿Peligro? ¿qué clase de peligro? ¡no tengo un solo enemigo en todo el mundo!
El hada rió otra vez.
-Sabes, ¡oh mortal!, que yo soy tu espíritu guía y estás bajo mi responsabilidad, porque asistí a tu nacimiento y desde ese momento te he protegido. Ahora debo aparecer para darte consejo, pues estás en peligro.
Esa noche Gafur no podía quedarse dormido y no paraba de dar vueltas bajo las sábanas. A medianoche se levantó y fue a la ventana. Miró hacia el jardín. La luna brillante y clara lo iluminaba desde el cielo. Allí afuera, una fuente tintineaba. Se vistió y salió hacia la fuente a mirar el brillante goteo derramarse en el recipiente de mármol.
De repente, se oyó una risa musical y una bella hada apareció ante él, en el mismo centro de la fontana.
¿Cómo se lo tomaría Gafur? Sólo pena podía verse en el rostro del esclavo.
- ¿Dos años señor? Eso es mucho tiempo para estar separado de ti. Pero lo intentaré y tendré cuidado de todo, desde luego, mientras tu no estés aquí si ese es tu deseo
Y se fue a la cama. Abdul Azim lo miró con expresión pensativa. ¿Serían verdad todas las malas cosas que se decían acerca de Gafur?
-Gafur -dijo cuando el esclavo volvió esa noche. Voy a salir en peregrinación y estaré fuera durante dos años. Mientras tanto quiero que te quedes a cargo de mi casa. Todos los asuntos que yo atiendo normalmente estarán bajo tu responsabilidad. Debes pagar a todos los sirvientes y también las facturas de los comerciantes y mercaderes. Protegerás a mi esposa y familia, darás consejo a mi hijo e irás a la corte del rey en mi representación
Abdul Azim alarmándose de la aparente naturaleza ambiciosa de su esclavo, decidió probarle. Si fuera verdad que Gafur quería ocupar su puesto, había una buena manera de averiguarlo.
Sucedió que el hijo del noble, que estaba celoso de Gafur en grado sumo, se dirigió a su padre y le dijo que Gafur era ambicioso y taimado. Añadió que había oído decir que Gafur quería usurpar la posición de su amo, gobernar la casa y la familia y ser cada vez más poderoso, porque se iba a casar con la hija del rey. La vieja mujer, desgraciadamente, había contado la historia del enamoramiento de su señora a su hijo, que trabajaba en el establo de la casa del noble, éste había confiado estas noticias ... (ver texto completo)
Gafur, como se quedó muy interesado por todo esto, la siguió a distancia. Se quedó consternado cuando vio que entraba en el palacio real. Obviamente su señora era alguien de la corte, pero ¿quién?
Volvió a su casa muy serio.
-No, no. No puedo hacer eso -exclamó la vieja mujer- debes esperar a que me ponga en contacto contigo otra vez, pues mi señora me dijo que te mostrara el retrato y observara tu reacción. Ahora debo volver con ella -diciendo esto se cubrió completamente y se marchó.
-Dile a tu señora que todos sus sentimientos son correspondidos y que la amo verdaderamente. Pero, ¿no vas a decirme quién es ella?