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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Billete 20€ 2002, anverso
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

Billete 20€ 2002, anverso

Detalle y dimensiones del billete

Billete de 20 euros serie 1

Color
Azul
• Tamaño real
133 x 72 mm ... (ver texto completo)
-Que este manto se borde en oro y plata: será el de vuestra boda.
A continuación, extendió ante sí las tres capas tomadas en noches anteriores. El rey, al reconocer que uno de ellos era el de su hija, dictó mirándola con reproche:
-La princesa ha espiado mis sueños para obtener la respuesta.
La multitud contuvo el aliento, y el príncipe exclamó:
-Tramposa -gritó el príncipe.
-El veneno de la bruja, no mató al cuervo cuando comió carne del caballo, y mató a los doce ladrones que comieron carne del cuervo -contestó ella.
- ¿Qué es una cosa que no mató a ninguno, y mató a doce? -preguntó el príncipe.
A la mañana siguiente, toda la ciudad estaba reunida para ver la respuesta que daba la hija del rey al acertijo.
El veneno de la bruja, no mató al cuervo cuando comió carne del caballo, y mató a los doce ladrones que comieron carne del cuervo -contestó el príncipe, y tirando de la capa que llevaba ella consiguió quitársela antes de que ella huyera.
Cuando el príncipe fingió dormir, apareció la princesa colocándose a su lado:
- ¿Qué cosa es -preguntó con voz queda- que no mató a ninguno y mató a doce?
La princesa, al ver que sus enviadas habían fracasado, se preparó para acechar ella misma al príncipe.
El criado, astuto, recomendó a su príncipe que intercambiaran sus camas. Así, el criado se hizo el dormido, y cuando la criada entró a espiar por la noche, éste le quitó la capa antes de que ella huyera. Lo mismo ocurrió la segunda noche, y cuando el príncipe lo supo, decidió ser él mismo quien esperara a la camarera.
- ¿Qué es una cosa que no mató a ninguno, y mató a doce?
La princesa pensó y pensó, pero no lograba dar con la respuesta. Dándose por vencida, pero sin aceptar la derrota, resolvió enviar a su camarera a la habitación del príncipe mientras éste durmiera, por ver si decía la solución al enigma en sueños.
-Quédatelas, bella niña -dijo el príncipe.
Pasaron tres días y tres noches, y el príncipe y su criado llegaron a un país en el que el rey ofrecía la mano de su hija a aquel que consiguiera plantear un acertijo que ésta no pudiera resolver. Pero en caso de que el acertijo fuera resuelto antes de tres días, el pretendiente pagaría con su cabeza. Al ver la belleza de la princesa, nuestro príncipe quedó prendado y decidió probar suerte.
Al llegar ante a la hija del rey le planteó: