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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Billete 20€ 2015, reverso
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

Él le contó cuanto había visto, añadiendo que jamás podría olvidar a aquella hermosa muchacha que había aparecido en la superficie de las aguas del lago.
La madre quedó pensativa unos instantes; luego, dijo a su hijo:
-No ha aceptado tu pan porque era demasiado duro. Mañana te llevarás pan tierno y no lo rehusará.
-Mano dura, pan duro, no procuran sino angustias y miserias.
Sin añadir más, zambullóse en el agua y desapareció.
El joven quedó largo rato en la orilla, observando las aguas, esperando ver aparecer de nuevo a la encantadora muchacha, cuya armoniosa voz le pareció estar oyendo aún. Mas aguardó en vano y, al caer la tarde, volvióse a su casa tras de sus vacas.
Cenó tan poco y estuvo tan absorto en sus pensamientos que su madre no pudo por menos que preguntarle si se sentía enfermo
De pronto, la hermosa muchacha pareció verle, y se aproximó lentamente a la orilla.
El hijo de la viuda le ofreció el trozo de pan que tenía en su mano derecha.
Ella lo rechazó, diciendo.
El joven, que estaba comiendo un trozo de pan y queso, quedó como en éxtasis, creyendo que soñaba.
Un día, el joven, sentado junto a la orilla, contemplaba las transparentes aguas del lago, cuando descubrió de repente una muchacha que se paseaba sobre la superficie de las aguas.
Era más bella que un rayo de sol; una espléndida cascada de dorados cabellos caía sobre su espalda de alabastro y sus ojos de turquesa contemplaban la superficie del lago, donde se reflejaba, como en un espejo, su extraordinaria belleza.
Tenían una casita con un huerto, y el establo lleno de animales. La madre cuidaba la casa, y el hijo tenía a su cargo el cuidado de los animales, los que llevaba a pastar al prado que se hallaba en las cercanías de un lago.
LA DAMA DEL LAGO
Había una vez una viuda que, habiendo perdido a su esposo en la guerra, vivía en unión de su único hijo. Ambos eran tan trabajadores que, en pocos años, se habían asegurado una existencia holgada, sin que nada les faltase.