Él le contó cuanto había visto, añadiendo que jamás podría olvidar a aquella hermosa muchacha que había aparecido en la superficie de las aguas del lago.
La madre quedó pensativa unos instantes; luego, dijo a su hijo:
-No ha aceptado tu pan porque era demasiado duro. Mañana te llevarás pan tierno y no lo rehusará.
La madre quedó pensativa unos instantes; luego, dijo a su hijo:
-No ha aceptado tu pan porque era demasiado duro. Mañana te llevarás pan tierno y no lo rehusará.