Viendo que las niñas no tenían quién las educara y las librara de peligros mortales, y que las teorías nuevas llevaban a la gente a querer organizar la vida como si Dios no existiera, fundó la Comunidad de Hermanas Ursulinas (en honor a
Santa Úrsula, la santa mártir del siglo IV, que dirigía el grupo de muchachas llamadas "Las once mil
vírgenes", que murieron por defender su religión y su castidad).