Mamá
Cabra se acercó calladita, abrió la barriga del lobo y liberó a los cabritillos. Luego, entre todos, llenaron el vientre de la fiera con
piedras bien gordas, se la cosieron y se escondieron. Cuando el lobo se despertó, sintió mucha sed y se acercó al
río para beber, pero la barriga le pesaba tanto que se cayó dentro del río y se ahogó.