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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Arado romano
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

Los paganos se quedaron maravillados de tanto valor y los cristianos recogieron su cadáver y empezaron a honrarlo como a un gran santo.
Ante su negativa, el juez lo condenó a muerte, cortando cada uno de sus miembros de manera lenta.
En tan terribles circunstancias, San Arcadio se retiró a la soledad.
Las persecuciones estaban en todo su furor y miles de cristianos eran torturados por los soldados romanos sin esperar la sentencia del juez.
Etimología: Arcadio = Aquel que es venturoso, es de origen griego.
Arado romano

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El arado romano es una importante herramienta agrícola utilizada desde los tiempos prehistóricos.[cita requerida]
... (ver texto completo)
Y dicho esto, el ave voló lejos de la tierra.
Tiempo después, cuando el dios Buda contaba esta historia a sus discípulos, solía añadir:
-En aquella época el león era Devadata, el traidor, y la blanca cigüeña era yo mismo.
Vos no sois agradecido,
mi señor, el rey León
habéis dado ya al olvido
el favor que os hice yo.
Algún día os hallaréis
otra vez en gran apuro,
y entonces no tendréis
ningún asilo seguro.
con la mejor voluntad
dadme vos, Gran Majestad,
el premio que se merece.
La contestación del rey de los animales fue la siguiente:
me pides tú la merced
que la acción de mí merece.
¿No te parece estar viva
merced más que suficiente?
A lo que la cigüeña replicó
-Confío en vuestra palabra. Echaos sobre la espalda y abrid bien la boca.
La fiera hizo lo que le indicaba la cigüeña. Entonces el ave, no queriendo ahorrarse ninguna seguridad, colocó un palo entre las dos imponentes mandíbulas para que el león no pudiese cerrar la boca; enseguida, metiéndole el largo pico hasta la garganta cogió el hueso y en un momento libró al animal de lo que le había hecho pasar tan malos ratos. Después, con la punta del pico, apartó el palo que impedía cerrar la boca al rey ... (ver texto completo)
- ¿Qué os pasa, amigo?
El león explicó con apagada voz el motivo de su sufrimiento.
-Yo podría libraros de ese hueso -dijo la cigüeña cuando el otro animal cesó de hablar-, pero no me atrevo a hacerlo por miedo a que me devoréis.
-No temas -contestó el león, que como rey de los animales hablaba de tú a todo el mundo-. No te devoraré. Te suplico que me libres enseguida del estorbo que tanto daño me hace y que no me deja comer.
EL LEÓN Y LA CIGÜEÑA
Una vez, en el tiempo en que Brahama reinaba en Benarés, estaba un enorme y fiero león devorando su recién cazada presa, cuando se atragantó con un hueso. Irritósele la garganta de tal manera, que el pobre animal pasó varios días sin poder probar bocado. Y sufriendo terriblemente.
Una cigüeña, que le contemplaba desde un árbol, le preguntó una mañana, al ver cómo se retorcía de dolor: