el llanto del hombre en Dios, y en el hombre la alegría, lo cual del uno y del otro tan ajeno ser solía.
que eran joyas que la esposa al desposorio traía, y la Madre estaba en pasmo de que tal trueque veía:
ROMANCE DEL NACIMIENTO. San Juan de la Cruz Ya que era llegado el tiempo en que de nacer había, así como desposado de su tálamo salía,