El
gigante egoísta. Cuento infantil de
Navidad
Cada tarde, a la salida de la
escuela, los niños se iban a jugar al
jardín del Gigante. Era un jardín amplio y hermoso, con arbustos de
flores y cubierto de césped verde y suave. Los pájaros se apoyaban en el ramaje de los
árboles, y cantaban con tanta dulzura, que los niños dejaban de jugar para escuchar sus trinos.