Después de lo cual empezaron a perseguir al búho. El búho encontró
refugio en el agujero de un
árbol. Y así pasaron los días, en los que el búho se preguntaba cómo hacer para que el pájaro Cu regresara del
cielo. Un día recibió una visita.
“Pasa, correcaminos,” exclamó el búho. “Me alegra mucho verte.”
“Te he traído algo para cenar,” dijo el correcaminos.