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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

La Siesta
Foto enviada por eufra7dos@hotmail.com

¿Tenía alguna razón para llorar? Humanamente sí dolió, siempre hay un duelo; pero de la mano de Dios todo adquiere sentido y se vive en paz. Es lógico, perder a un ser querido, y más a tu madre, es algo sumamente duro. Es una pérdida irreparable. Bien dice el dicho “madre, solo hay una”. Y los católicos tenemos dos: la terrenal y la del cielo, nuestra Madre Santísima. Por tanto, humanamente, sí había razón.
3. Mi mamá fue una fiel devota del rezo del santo Rosario toda su vida. Una mujer de oración, y no lo digo porque sea mi madre, lo digo porque es la verdad. Y ¿cuál fue el premio por esto? Mi mamá tuvo el auxilio de los sacramentos en sus últimos días (¡Faltaba más, tiene un hijo sacerdote!), en su velorio aparte de muchísima gente que acompañó, -como ya he mencionado- nos visitaron alrededor de 87 sacerdotes. Tuvimos 3 eucaristías dentro del velorio, aparte del funeral, en el que participamos alrededor ... (ver texto completo)
2. Dios de algún modo me preparó espiritualmente para la muerte de mi madre. Desde el 16 de agosto, en el clero de mi diócesis se dio un fenómeno un tanto inusual… comenzaron a morirse los familiares de algunos sacerdotes… en dos semanas, fallecieron familiares de 5 sacerdotes (en orden: mamá, papá, hermana, hermano) antes de la muerte de mi mamá. Cuando falleció el 4to, en ese orden, un día mientras rezaba sentí que Dios me dijo: prepárate porque seguís vos. Dos días antes de su muerte, le dije ... (ver texto completo)
1. Mi madre me contó alguna vez que ella siempre le había pedido dos gracias al Señor antes de morir: la primera, no morir sin antes verme ordenado sacerdote. La segunda, morir en una fiesta de la Virgen. ¿Adivinen qué? Dios le concedió ambas. Ella perteneció toda su vida a la Legión de María, y fue premiada con ello. Me vio y (me) disfrutó dos años como sacerdote, y Dios la llamó un 08 de septiembre, fiesta de la Natividad de Nuestra Madre María. En resumen, Dios tenía ya todo planeado para ella. ... (ver texto completo)
Quisiera compartir 3 detalles en torno a la muerte de mi mamá y el por qué yo no tuve razón para llorar en su velorio y su funeral.
Dios nunca me dejó solo. Muchísimos amigos, amigas, familiares, me acompañaron en la vela. Me acompañaron alrededor de 87 sacerdotes en el transcurso del velorio y el funeral, e incluso en el momento del entierro de mi madre, habíamos 4 sacerdotes acompañando.
Algunos días después, le pregunté a mi papá cómo se sentía… ¡llevaban 52 años de casados! Me respondió, sereno, y con mucha seguridad: “La extraño. Pero llevaba varios días enferma… y no podía soportar verla sufrir. Ahora ella descansa en Dios”. Definitivamente, SOLO DIOS DA ESA PAZ.
Es muy difícil, emocionalmente, controlarse en situaciones como esa. Yo soy el menor de mis hermanos (somos 12) y soy el único religioso. En ese momento, típicamente de ser “el niño de la casa, el chimpe (decimos en mi país, El Salvador) el menor, pues, pasé a ser el hermano mayor. El hermano que tenía que dar palabras de consuelo, el hermano que tenía que fortalecer –como le tocó a san Pedro después que Jesús murió– a los demás. Sin embargo, a pesar del desconsuelo, del desánimo, todos mis hermanos ... (ver texto completo)
Cuando vi el cuerpo sin vida de mi madre… sentí un poco de nostalgia… fue increíble. Esa mujer, todo el tiempo llena de vida, que me esperaba cada semana en casa, que me hacía sentir su calor de madre cuando me abrazaba… ahora yacía ahí, en esa cama, fría, pálida… ya no estaba. Le di un beso en su frente y después la colocamos en la caja donde la tendríamos.
Me puse en camino hacia mi casa, me acompañaba un hermano sacerdote, que ha sido y sigue siendo un modelo y un maestro para mí. En el camino, rezamos el rosario, pedimos por mi mamá, y nos encaminamos a mi casa, donde sería el velorio, para preparar todos los detalles.
Fue un tanto gracioso, ahora que lo veo en retrospectiva… porque no estoy seguro qué sentí en ese momento. No eran ganas de llorar… no era tristeza… tampoco era alegría, obviamente. Era una especie de “estado de suspensión”. Me levanté, me bañé, me fui a rezar a la iglesia, y al volver a mi cuarto le llamé por teléfono a Karlita Estrada, mi mejor amiga. Le comenté lo que había pasado y al escucharla a ella sí lloré un poco. Quizá era más por escucharla a ella, que por mi mamá. Y es que… desde que ... (ver texto completo)
La noche anterior había recibido una llamada de mi hermana: “Jorge, mi mami está un poco delicada. Vamos a ingresarla a la clínica. Reza por ella”. Entonces, cuando el párroco entró a mi cuarto, me miró y me dijo: “Vengo a darte una mala noticia”. Yo sabía perfectamente de qué (o más bien de quién) se trataba. Le quité la palabra y le dije: “ ¿Mi mamá verdad?”; él dijo, “si”.
Normalmente dejo mi celular en silencio, para que ningún mensaje o llamada me despierten. Pero esa madrugada no me despertó el ruido de un celular… sino el ruido DE LA PUERTA DE MI CUARTO ABRIÉNDOSE ESCANDALOSAMENTE. Era el párroco con quien trabajo, P. David (Catedral de Santa Ana, El Salvador), que literalmente irrumpió en mi cuarto ante mi sorpresa y asombro.
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Por: P. Jorge Oswaldo Barahona | Fuente: PadreSam. com

Eran las 5.30 de la madrugada, de ese 08 de septiembre del 2016. La noche anterior, había visitado un pueblo (Ataco, Ahuachapán, El Salvador), en el que tradicionalmente se celebra una fiesta llamada “Los Farolitos”: una fiesta colorida, alegre y en la que ... (ver texto completo)
Prospecto de la película "La Siesta"

La siesta

IMDb 6,1/10
Fecha del estreno: 1976 (España)
Director: Jorge Grau
Idioma: Idioma español
Resumen: 1976 · Drama
... (ver texto completo)