Otro método consiste en la sujección a una larga y resistente cuerda fina, procurando que no se enrede, de la que tiraremos brusca, pero cuidadosamente al advertir la negligencia al aviso. Acudir inmediatamente al requerimiento del cuidador es el primer escalón, absolutamente imprescindible en la enseñanza del perro y cuya ejecución perfecta podrá prolongarse como máximo hasta los ocho o nueve meses de edad.