Desgraciadamente, las rapaces nocturnas han sido consideradas, desde muy antiguo, en muchos países, animales asociados con la brujería, simbolos de mal agüero y reencarnaciones de espíritus malignos, con la subsiguiente persecución, acoso o temor casi enfermizo a su vecindad. Es posible que esta aversión visceral, provocada por el desconocimiento biológico de la función de estas aves, se apoye en sus evoluciones silenciosas, en los gritos ululantes que emiten como reclamo o en los bufidos jadeantes ... (ver texto completo)