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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Las amigas están de boda
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- EL ALMANAQUE DEL HUMOR -

Una chispa de humor cada día para alegrarte el ánimo

HUMOR DE ANCIANOS

● "Hola, cariño, ¿Cómo te fue en el golf?", preguntó Estela a su esposo Pedro.
"Bien, estaba dando buenos golpes, pero mi vista está tan mal que no veía a donde iba la bola".
" ¡Claro, si tienes 75 años, qué esperabas! ¿Por qué no llevas a mi hermano Santiago contigo?"
" ¡Pero si él tiene 85 y ya no juega golf!"
"Pero su vista sigue perfecta. Él puede ver a dónde va la bola y decirte".
Al día siguiente, Pedro estaba jugando y Santiago miraba a su lado. Pedro golpeó con fuerza y la bola salió disparada un buen tramo.
" ¿La viste?", preguntó Pedro.
"Sí", respondió Santiago.
"Bueno, ¿y dónde cayó?" preguntó Pedro, esforzando la vista sin alcanzar a ver nada.
"Ya no me acuerdo...".

● Le pregunta el nieto a su abuelo:
"Abuelo, ¿no habrás visto unas pastillitas blancas que yo tenía por aquí?"
"No, hijo mío, y tú, ¿has visto el dragón del pasillo?".

● El padre preocupado le dice al hijo:
-Hijo querido, si me muero en el valle que me entierren en la montaña, y si me muero en la montaña que me entierren en el valle.
- ¿Para qué papá?
-´pa joder hijo, ´pa joder.

● Se encontraban tres médicos novatos alardeando de su profesión. De pronto ven venir a un anciano caminando con dificultad, con las piernas abiertas.
Dice el primero:
- Colegas, ése anciano que viene hacia nosotros, estoy seguro que padece una hernia inguinal.
- No, ¡qué va! - dice el segundo. - Lo que el viejo padece es una horquitis (inflamación del testículo).
- Están equivocados - comenta el tercero. - Yo digo que el anciano padece hemorroides.
Llega el anciano y cada uno le pregunta:
- ¿Verdad, que usted padece de una hernia inguinal?
- No joven. - contesta el viejo.
- Perdón colegas... me equivoqué.
- ¿Disculpe, usted padece horquitis?
- No joven. - dice el viejo.
- Perdón doctores, me equivoqué. - dijo el segundo médico.
- Ya lo ven, ¡lo que padece el señor son hemorroides!
- Tampoco, dice el anciano.
- Disculpen compañeros médicos, ¡yo también me equivoqué!
- Oiga abuelo, ¿entonces que padece?
- Pues, jóvenes, yo también me equivoqué, ¡creí que era un pedito y me cagué! ... (ver texto completo)
La vida escondida en Cristo

Los años que siguen son los de la maduración de su vocación. Teresa ora, sin grandes emociones sensibles, pero con fidelidad. Evita la intromisión en los debates que a veces perturban la comunidad. Multiplica los pequeños actos de caridad y preocupación por los demás, prestando servicios pequeños, sin hacerlos notar. Ella acepta en silencio las críticas, incluso de aquellas que pueden ser injustas y favorecer a las hermanas que son desagradables con ella. Trata de hacer ... (ver texto completo)
El ingreso a la vida religiosa

Inmediatamente después de regresar, Teresa fue al locutorio del Carmelo, donde se está desarrollando una estrategia. Pero el padre Delatroëtte se mantiene desafiante y desconfía de sus intenciones para ingresar. Él regaña a la superiora, madre Genoveva, la fundadora del Carmelo de Lisieux, y la madre María de Gonzaga que llegaron a defender la causa de Teresa. El tío Guérin interviene a su vez, pero todo es en vano. El 14 de diciembre, Teresa escribió al obispo Hugonin y a su vicario general, a quien recuerda la promesa hecha en Niza. Humanamente, todo ha sido juzgado, ahora debe esperar y orar. En la víspera de Navidad, aniversario de su conversión, Teresa asistió a la misa de medianoche. Ella no puede contener las lágrimas, pero siente que la prueba hace crecer su fe y abandono a la voluntad de Dios: que era un error tratar de imponer una fecha para su ingreso al Carmelo.

Finalmente, el 1 de enero de 1888, la víspera de su décimo quinto cumpleaños, recibe una carta de la Madre María de Gonzaga informándole que el Obispo ha cambiado de opinión y que permite que las puertas del convento se abran para ella. Por un consejo de Paulina se decide que se retrase su ingreso hasta abril, después de los rigores de la Cuaresma. Esta expectativa es una nueva prueba para la futura postulante, que sin embargo ve una oportunidad para prepararse en su intimidad.

La fecha de entrada se establece finalmente para el 9 de abril de 1888, el día de la Anunciación. Teresa ingresa con quince años y tres meses. Cabe señalar que, en aquel tiempo, una chica podría hacer su profesión religiosa a los dieciocho años. No era raro ver, en las órdenes religiosas, postulantes y novicias de tan sólo dieciséis años. La precocidad de Teresa, dadas las costumbres de la época, no es excepcional.

El 9 de abril de 1888 fue recibida en el monasterio de las carmelitas descalzas de Lisieux. En el monasterio ya estaban sus hermanas, Paulina y María. Comenzó así su postulado.

Los primeros meses dentro del monasterio fueron duros, llenos de trabajos que nunca había realizado y que le costaba bastante hacer a la perfección. Ella les prohíbe a sus hermanas que le faciliten los trabajos o la ayuden de alguna manera, pues insistían en cuidarla como si estuviera en los Buissonnets. Pero aun así, la joven postulante se adapta bien a su nuevo entorno. Teresa escribió: «El Buen Dios me dio la gracia de no tener ninguna ilusión al entrar en el Carmelo: He encontrado la vida religiosa como me imaginé que sería. Ningún sacrificio me asombró».

La madre superiora, María de Gonzaga, que antes se había dado a conocer como amable y gentil, la trata muy fríamente, con bastantes exigencias y hasta con una que otra humillación, pero todo lo hace para formarle un carácter propio de la vida religiosa, probar su vocación y que dejara a un lado cualquier rastro de orgullo y vanidad, lo cual Teresa se lo agradeció siempre e incluso siempre sintió una gran admiración hacia ella. La misma superiora comenta: « ¡Yo nunca habría pensado que ella tenía un juicio tan avanzado para tener quince años de edad! No hay una palabra que decir, todo es perfecto».

Durante su postulado, Teresa también debe someterse a algunas intimidaciones por parte de otras hermanas, a causa de su falta de aptitud para la artesanía. Al igual que cualquier religiosa, descubre los desafíos de la vida en comunidad, relacionados con diferencias en el temperamento, el carácter, la susceptibilidad a los problemas o discapacidades.

A finales de octubre de 1888, el capítulo provincial aprobó su toma de hábito. Aunque recibió la noticia con alegría, fue opacada un poco con la noticia de la recaída de salud de su padre, que solo unos meses antes se había escapado de casa, sin sentido de razón, hasta encontrarlo en la ciudad cercana de El Havre, preocupando así a toda la familia, tanto fuera como dentro del monasterio. Finalmente, el 10 de enero de 1889, tomó los hábitos de la orden en la capilla del monasterio en presencia de su padre, hermanas y el resto de la familia. En la misma ceremonia, además de recibir el velo de novicia, también cambió su nombre al de Teresa del Niño Jesús y la Santa Faz (sagrado rostro).

En este período, se profundiza el sentido de su vocación: llevar una vida oculta, orar y ofrecer sus sufrimientos por los sacerdotes, olvidando su orgullo, se multiplican los actos discretos de caridad. Quiere convertirse en una gran santa pero no se hace ilusiones sobre sí misma. Escribió: «me apliqué en especial en practicar las pequeñas virtudes, ya que no tengo la facilidad de practicar las grandes».

En el transcurso de 1890, leyó las obras de San Juan de la Cruz, al que convirtió en su maestro espiritual. La contemplación de la Santa Faz nutre su vida interior. Profundiza su conocimiento y amor por Cristo meditando en su humillación con el pasaje del Libro de Isaías sobre el siervo sufriente (Isaías 53: 1-2). Esta meditación también la ayuda a comprender la situación humillante de su padre por la degeneración que le ha causado una terrible arterioesclerosis en el cerebro. Ella siempre lo había visto como una figura de su «Padre Celestial». Ahora encuentra señas de Luis Martin a través de Cristo, humillado e irreconocible.

El 8 de septiembre de 1890, a los diecisiete años y medio, hizo su profesión religiosa. La joven carmelita recuerda por qué responde a esta vocación: «Yo he venido para salvar almas y, especialmente, para orar por los sacerdotes». El 24 de septiembre de 1890 se celebró la ceremonia, pública, donde toma el velo negro de profesa. Su padre no puede asistir, lo que entristece enormemente a Teresa. Es, sin embargo, la Madre María de Gonzaga, quien manifiesta que esta niña tiene diecisiete años y medio y la razón de alguien de treinta años, la perfección religiosa de una vieja novicia, que se consume en el alma y la posesión de sí misma, es una perfecta religiosa.

El 12 de mayo de 1892, se encontró por última vez con su padre. El 24 de junio de ese mismo año su hermana Leonia ingresó por segunda vez, en esta ocasión en el monasterio de la Visitación de Caen. Luis Martin murió el 29 de julio de 1894, después de ser custodiado y cuidado por Celina, su cuarta hija. También ella piensa, desde hace varios años, en entrar en el Carmelo. Con el apoyo de las cartas de Teresa, sostuvo el deseo de consagrarse a Dios en lugar de acceder al matrimonio. Celina aun así vacila entre la vida carmelita y una vida más activa, cuando se le propuso embarcarse en una misión encabezada por el padre Pichon en Canadá. Finalmente, siguiendo el consejo de sus hermanas, eligió el Carmelo. Ingresó el 14 de septiembre de 1894. En agosto de 1895, cuatro hermanas Martin se encuentran en el mismo. También se unirá a ellas su prima María Guerin, compañera de juegos de la infancia de Teresa. ... (ver texto completo)
La peregrinación a Roma

Liderada por el obispo de Coutances, la peregrinación reunió a cerca de doscientos peregrinos, entre ellos setenta y cinco sacerdotes. El viaje comenzó en París, Luis Martin tuvo la oportunidad de visitar la capital con sus hijas. Fue durante una misa en Nuestra Señora de las Victorias (actualmente basílica menor), que Teresa logró derribar todas las dudas acerca de que si la Virgen le habría sonreído verdaderamente en su enfermedad de 1883 o no. Durante los últimos años ... (ver texto completo)
La adopción de su «primer hijo» y el inicio de las luchas por su vocación

Poco después de la «gran gracia de la Navidad», oyó hablar de un hombre que había asesinado a tres mujeres en París, cuyo nombre era Enrique Pranzini. Teresa decidió adoptarlo como su primer hijo espiritual y ofreció sacrificios y varias misas, que mandó hacer con ayuda de su hermana Celina, para alcanzar de Dios la conversión de este pecador antes de su ejecución, o por lo menos algún signo de arrepentimiento. Pranzini ... (ver texto completo)
La conversión en la Navidad de 1886 y el comienzo del tercer periodo de su vida

Uno de los episodios más recordados en su vida fue el de la gran conversión de la Navidad de 1886. Al llegar de la misa de Nochebuena junto con su padre y su hermana Celina, como era costumbre, corría para ver los zapatos que ella dejaba allí para el Niño Jesús y descubrirlos llenos de juguetes. Su padre le dijo que subiese a cambiarse para cenar y algo cansado le dijo a Celina: «Afortunadamente este es el último año ... (ver texto completo)
Primera comunión, confirmación y sufrimiento con los escrúpulos

En 1883, Teresa regresa al colegio y de inmediato se coloca a la cabeza en las clases de catecismo. También se prepara en los Buissonnets. Cada semana, Paulina escribe desde el Carmelo aconsejando a sus hermanas sacrificios y oraciones diarias para ofrecer a Jesús. Teresa toma estas listas en serio y se aplica a seguir cada una escrupulosamente.

El 8 de mayo de 1884, Teresa hizo su primera comunión en la iglesia del colegio de ... (ver texto completo)
La extraña enfermedad y la sonrisa de la Virgen

En diciembre de 1882, la salud de Teresa empieza a empeorar de manera extraña: sufre continuamente de dolores de cabeza, dolores en el costado, come poco y duerme mal. Su carácter también cambia: a veces se enoja con María y pelea incluso con Celina, con quien siempre habían sido muy buenas amigas. En el locutorio del Carmelo, Paulina está preocupada por su hermana menor, a quien le ofrece asesoramiento y cariñosas reprimendas.

En ese mismo año ... (ver texto completo)
Traslado a Lisieux y primera etapa de su vida

La familia Guerin los ayudó a instalarse en una casa rodeada de arbustos, los Buissonnets. Allí viviría Teresa los siguientes años hasta su entrada en el Carmelo de Lisieux.

Teresa sintió profundamente el cambio tan grande que sufre en su vida sin su madre. Echa de menos a su madre aún más y sobre esto escribió: «Desde que mamá murió, mi alegría característica cambió completamente; yo que era tan viva, tan expansiva, me convertí en tímida y dulce, ... (ver texto completo)
Biografía

Nacimiento, familia y primeros años

María Francisca Teresa Martin Guérin nació en la calle Saint-Blaise de Alenzón, Normandía, al noroeste de Francia, el 2 de enero de 1873, hija de Luis Martin y María Celia Guérin (canonizados el domingo 18 de octubre de 2015). De esta unión nacieron nueve hijos, de los cuales cuatro murieron a temprana edad; solo sobrevivieron cinco niñas: María (1860-1940), Paulina (1861-1951), Leonia (1863-1941), Celina (1869-1959) y Teresa, que fue la menor. ... (ver texto completo)
Teresa de Lisieux
Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz

Doctora de la Iglesia
proclamada el 19 de octubre de 1997 por el papa Juan Pablo II

Información personal
Nombre de nacimiento Marie-Françoise-Thé rèse Martin
Nombre en francés Thérèse de Lisieux
Nombre religioso Soeur Thérèse de L'Enfant Jésus et de la Sainte Face ... (ver texto completo)
Días mundiales contra la hepatitis

Hay otras fechas en el calendario dedicadas a distintos tipos de hepatitis:

19 de mayo - Día Mundial de la Hepatitis

28 de julio - Día Mundial contra la Hepatitis Vírica
Actividades que puedes realizar para celebrar el Día Internacional de la Hepatitis C

La principal actividad que puedes realizar es hacerte una analítica de sangre para descartar este tipo de enfermedad en tu cuerpo, porque incluso existen portadores silenciosos del virus, que no padecen los síntomas, pero se lo puede contagiar a otros.

Otra buena manera de conmemorar este día, es asistiendo a eventos educativos donde te expliquen todo lo relacionado con el virus (VHC) o ayudar a un amigo que ... (ver texto completo)
Tratamiento de la hepatitis C

La OMS recomienda que a toda persona mayor de 12 años que presente hepatitis C en su organismo, se le trate como si fuese un caso grave o crónico, por lo que se le debe suministrar un tratamiento con antivíricos de acción directa (AAD) pangenotípicos, que es el tratamiento adecuado para aquellos que han desarrollado cirrosis producto del virus.

En la mayoría de los casos este tratamiento cura por completo al paciente y su duración varía entre 12 a 24 semanas, dependiendo de lo aguda que sea la patología.

También hay casos en que el mismo sistema inmune de la persona destruye por completo el virus sin necesidad de ningún tipo de tratamiento, pero las estadísticas de estos casos son muy reducidas porque la persona suele no enterarse de que en algún momento tuvo el virus (VHC) en su cuerpo.

En la actualidad no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C aunque la investigación en este campo continua. ... (ver texto completo)
Síntomas de la hepatitis C

Por lo general el periodo de incubación de la hepatitis C, puede variar de entre 2 semanas hasta 6 meses, y durante ese tiempo, la persona infectada puede ir presentando los siguientes síntomas:

● Fiebre.

● Cansancio.

● Inapetencia.

● Nauseas.

● Vómitos.

● Dolor abdominal.

● Dolores articulares.

● Y coloración amarillenta en piel y ojos (ictericia). ... (ver texto completo)