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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Confesionario

Bueno pues yo confieso que me voy a descansar, y a ver si sueño con los angelitos, aunque ya estoy dudando de su existencia. Últimamente, confieso que no confío en nadie, y más si se trata de POLÍTICOSSSSSSSSSS.
Un beso, buenas noches y que descanséis.
Unos chistecillos para alegrar el negro panorama que tenemos en España, no irán mal antes de irnos a descansar. Esta vez Maribel fue mi "inspiración". Un beso para ella.

UN BUEN CATÓLICO
Un hombre mayor, italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue a
la iglesia local a confesarse.
Cuando el sacerdote abrió el tablero del confesionario, el hombre dijo:
- Padre... Durante la Segunda Guerra Mundial, una mujer bonita golpeó
a mi puerta y me pidió que
la escondiera del enemigo. Así que ... (ver texto completo)
...
Cierto que no te concebía, Dios mío, en figura de cuerpo humano desde que comencé a entender algo de la sabiduría; de esto huí siempre y me alegraba de hallarlo así en la fe de nuestra Madre espiritual, tu Católica; pero no se me ocurría pensar otra cosa de ti. Y aunque hombre ¡y tal hombre!, esforzábame por concebirte como el sumo, y el único, y verdadero Dios; y con toda mi alma te creía incorruptible, inviolable inconmutable, porque sin saber de dónde ni cómo, veía claramente y tenía por ... (ver texto completo)
...
Clamaba violentamente mi corazón contra todas estas imaginaciones mías y me
esforzaba por ahuyentar como con un golpe mano aquel enjambre de inmundicia que
revoloteaba en torno a mi mente, y que apenas disperso, en un abrir y cerrar de ojos, volvía a formarse de nuevo para caer en tropel sobre mi vista anublarla, a fin de que si no imaginaba que aquel Ser incorruptible, inviolable e inconmutable, que yo prefería a todo lo corruptible, violable y mudable, tuviera forma de cuerpo humano, me ... (ver texto completo)
LIBRO SÉPTIMO.
I, 1. Ya era muerta mi adolescencia mala y nefanda y entraba en la juventud, siendo cuanto mayor en edad tanto más torpe en vanidad, hasta el punto de no poder concebir una sustancia que no fuera tal cual la que se puede percibir por los ojos...
...
Cierto que no te concebía, Dios mío, en figura de cuerpo humano desde que comencé a entender algo de la sabiduría; de esto huí siempre y me alegraba de hallarlo así en la fe de nuestra Madre espiritual, tu Católica; pero no se me ocurría pensar otra cosa de ti. Y aunque hombre ¡y tal hombre!, esforzábame por concebirte como el sumo, y el único, y verdadero Dios; y con toda mi alma te creía incorruptible, inviolable inconmutable, porque sin saber de dónde ni cómo, veía claramente y tenía por ... (ver texto completo)
...
Nada sería yo, Dios mío, nada sería yo en absoluto si tú no estuvieses en mí; pero, ¿no sería mejor decir que yo no existiría en modo alguno si no estuviese en ti, de quien, por quien y en quien son todas las cosas? Así es, Señor, así es. Pues, ¿adónde te invoco estando yo en ti, o de dónde has de venir a mí, o a que parte del cielo y de la tierra me habré de alejar para que desde allí venga mi Dios a mí, él, que ha dicho: Yo lleno el cielo y la tierra?...
LIBRO SÉPTIMO.
I, 1. Ya era muerta mi adolescencia mala y nefanda y entraba en la juventud, siendo cuanto mayor en edad tanto más torpe en vanidad, hasta el punto de no poder concebir una sustancia que no fuera tal cual la que se puede percibir por los ojos...
...
II, 2. Pero, ¿cómo invocaré yo a mi Dios, a mi Dios y mi Señor?, puesto que, en
efecto, cuando lo invoco, lo llamo [que venga] dentro de mí mismo (quoniam utique in me ipsum eum vocabo, cum invocabo eum) ¿Y qué lugar hay en mí adonde venga mi Dios a mí?, ¿a donde podría venir Dios en mí, el Dios que ha hecho el cielo y la tierra? ¿Es verdad, Señor, que hay algo en mí que pueda abarcarte? ¿Acaso te abarca el cielo y la tierra, que tú has creado, y dentro de los cuales me creaste también a mí? ... (ver texto completo)
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Nada sería yo, Dios mío, nada sería yo en absoluto si tú no estuvieses en mí; pero, ¿no sería mejor decir que yo no existiría en modo alguno si no estuviese en ti, de quien, por quien y en quien son todas las cosas? Así es, Señor, así es. Pues, ¿adónde te invoco estando yo en ti, o de dónde has de venir a mí, o a que parte del cielo y de la tierra me habré de alejar para que desde allí venga mi Dios a mí, él, que ha dicho: Yo lleno el cielo y la tierra?...
Dame, Señor, a conocer y entender qué es primero, si invocarte o alabarte, o si es antes conocerte que invocarte. Mas ¿quién habrá que te invoque si antes no te conoce?
Porque, no conociéndote, fácilmente podrá invocar una cosa por otra. ¿Acaso, más bien, no habrás de ser invocado para ser conocido? Pero ¿y como invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán si no se les predica? Ciertamente, alabarán al Señor los que le buscan, porque los que le buscan le hallan y los que le hallan le ... (ver texto completo)
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II, 2. Pero, ¿cómo invocaré yo a mi Dios, a mi Dios y mi Señor?, puesto que, en
efecto, cuando lo invoco, lo llamo [que venga] dentro de mí mismo (quoniam utique in me ipsum eum vocabo, cum invocabo eum) ¿Y qué lugar hay en mí adonde venga mi Dios a mí?, ¿a donde podría venir Dios en mí, el Dios que ha hecho el cielo y la tierra? ¿Es verdad, Señor, que hay algo en mí que pueda abarcarte? ¿Acaso te abarca el cielo y la tierra, que tú has creado, y dentro de los cuales me creaste también a mí? ... (ver texto completo)
Así comienzan Las Confesiones de San Agustín, que como ya sabéis son muy largas y extensas como para transcribirlas en latín por esta humilde forera, y "pegarlas" bajo este también humilde, confesionario, así que las pongo en Español y lo poco que poga en Latín, a ver si hay algún "yogurín" que sepa traducirlo, por fa, o sea: Por favor...

LIBRO PRIMERO
I, 1. Grandes eres, Señor, y muy digno de alabanza; grande tu poder, y tu sabiduría no tiene medida. Y pretende alabarte el hombre, pequeña parte ... (ver texto completo)
Dame, Señor, a conocer y entender qué es primero, si invocarte o alabarte, o si es antes conocerte que invocarte. Mas ¿quién habrá que te invoque si antes no te conoce?
Porque, no conociéndote, fácilmente podrá invocar una cosa por otra. ¿Acaso, más bien, no habrás de ser invocado para ser conocido? Pero ¿y como invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán si no se les predica? Ciertamente, alabarán al Señor los que le buscan, porque los que le buscan le hallan y los que le hallan le ... (ver texto completo)
Así comienzan Las Confesiones de San Agustín, que como ya sabéis son muy largas y extensas como para transcribirlas en latín por esta humilde forera, y "pegarlas" bajo este también humilde, confesionario, así que las pongo en Español y lo poco que poga en Latín, a ver si hay algún "yogurín" que sepa traducirlo, por fa, o sea: Por favor...

LIBRO PRIMERO
I, 1. Grandes eres, Señor, y muy digno de alabanza; grande tu poder, y tu sabiduría no tiene medida. Y pretende alabarte el hombre, pequeña parte ... (ver texto completo)
¡Jooooooooooo, una se lo pasa PIPA leyendo mensajes antiguooooooooooooooooooooosss ss! Leyendo éste sabemos por El Emigrao que el año 2006 fue el año de la canción "Opá viace un corrá" que pasó sin pena ni gloria, y además que me proponía como cantante para el año 2007 cantar en Eurovisión. Jajajajajajjajajaja... ¡Y EL POETA DE COAUTOR DE LA LETRAAAAAAAAAAAAAA....! Jajajajajaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaa me me...
Lo mejor de todo, Rosa, es lo que escribíamos entonces... Yo no sé si a alguien de los que escribían o leían el foro les dimos envidia con la HARINOSA y se preparó una; yo sí la preparé, con uva negra, y como me quedó "comestible" a partir de entonces cada año he hecho una; este año no me quedó tan "vistosa" porque le puse uva blanca, moscatel, de una parra que tenemos en el terreno, pero estaba buena. Un beso
Cuenka, ¿Te has fijado qué cantidad de personas escribíamos el año 2006? Y esta foto del Confesionario, aunque está sin firmar la puse yo; no son ninguna una obra de arte, ni la foto ni el "Confe" pero así se hizo y aquí quedó...
...
2. Mis padecimientos no los conocía nadie sino tú, pues era bien poco lo que mi lengua hacía llegar al oído de mis más íntimos amigos. ¿Cómo podían ellos sospechar nada del tumulto de mi alma, si para describirlo no me hubiera bastado ni el tiempo ni las palabras? Pero a tu oído llegaba todo cuanto rugía en mi corazón adolorido; ante ti estaba patente el anhelo de mi alma y no estaba conmigo la luz de mis ojos (Sal 37, 11). Porque esa luz la tenía yo por dentro y yo andaba por afuera. Ella no ... (ver texto completo)
...
3. Y en esto consistía el justo equilibrio, la región intermedia favorable a mi salud; para que permaneciera yo a tu imagen y semejanza y en tu servicio dominara mi cuerpo. Pero yo me había erguido orgullosamente delante de ti y corrí contra mi Señor con dura cerviz (Jb 15, 26), dura como un escudo. Y entonces las cosas inferiores me quedaron por encima, me oprimían y no me daban respiro ni descanso. Salían a mi encuentro atropelladamente y en masa cuando yo no pensaba sino en imágenes corporales ... (ver texto completo)
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2. Mis padecimientos no los conocía nadie sino tú, pues era bien poco lo que mi lengua hacía llegar al oído de mis más íntimos amigos. ¿Cómo podían ellos sospechar nada del tumulto de mi alma, si para describirlo no me hubiera bastado ni el tiempo ni las palabras? Pero a tu oído llegaba todo cuanto rugía en mi corazón adolorido; ante ti estaba patente el anhelo de mi alma y no estaba conmigo la luz de mis ojos (Sal 37, 11). Porque esa luz la tenía yo por dentro y yo andaba por afuera. Ella no ... (ver texto completo)
Ufffffffffffffffff, hacía siglos que no pasaba por esta foto, y mira que hay cosas para leer...
Los confesionarios, así en plan simple, sirven para las confesiones, así que, mirándolo bien, podía traer por aquí algo de LAS CONFESIONES de San Agustín, que la verdad es que no nos irán nada mal...
Hay qué ver lo "sesudo" que era San Agustín, ¿ehhhhhhh muchachos? Esto que leeréis a continuación pertenece al CAPITULO VII.

1. Señor: ¡ay del hombre y de sus pecados! Cuando alguno admite esto tú te apiadas de él; porque tú lo hiciste a él, pero no sus pecados.

¿Quién me recordará los pecados de mi infancia? Porque nadie está libre de pecado ante tus ojos, ni siquiera el niño que ha vivido un solo día. ¿Quién, pues, me los recordará? Posiblemente un pequeñuelo en el que veo lo que de mí no ... (ver texto completo)