Una de las cosas buenas que tenemos ahora en Alconchel es que se tiene la ocasión de poder comprar pescado fresco o congelado, por lo menos un día a la semana. Hasta hace sólo 50 años, el pescado fresco y más el congelado, era imposible comprarlo en el pueblo; lo único que se podía comprar eran las "bacalás" saladas que podíamos ver apiladas o colgadas encima del mostrador de las tiendas de José (Nebote) y de Francisco (Panchute); era en Semana Santa cuando éstos doblaban su venta y los alconcheleros ... (ver texto completo)