"El mal radica en que los hombres creen en la existencia de condiciones que permiten tratar a sus semejantes sin amor hacía las cosas; sin amor, puede hacerse leña, cocer ladrillos, fundir hierro; pero en las relaciones de hombre a hombre, el amor es tan indispensable como lo es, por ejemplo, la prudencia en las relaciones de los hombres y de las abejas"