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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Reloj de sol, se supone

EN China hace tiempo que se sabe lo estrecha que es la relación existente entre la vivencia del tiempo y el modo en que nos movemos. El maestro Yan Chengfu, fallecido en 1936, transmitió este conocimiento a sus alumnos en sus normas básicas clásicas del Tai-Chi con el consejo: "Busca la calma en el movimiento y el movimiento en la calma".
Se ha dicho que mediante el movimiento podemos manipular la sensación de tiempo. Pero ¿cómo?. Primero hemos de observar cómo se origina realmente en nosotros el sentido del transcurrir de los segundos. El reloj corporal, por importante que sea para el ciclo diario del organismo, no puede ser el responsable de ello. Nos guía durante el día, pero no podemos leer la hora que marca; debe existir por lo tanto, un segundo mecanismo para medir tiempos más breves. Pero esta sensación también debe surgir ... (ver texto completo)
Quien pase sus días y sus noches en sintonía con el tiempo de sus cuerpo, hará su vida más fácil, pero a menudo no sabemos cuándo son nuestras horas fuertes y nuestras horas débiles.
EN China hace tiempo que se sabe lo estrecha que es la relación existente entre la vivencia del tiempo y el modo en que nos movemos. El maestro Yan Chengfu, fallecido en 1936, transmitió este conocimiento a sus alumnos en sus normas básicas clásicas del Tai-Chi con el consejo: "Busca la calma en el movimiento y el movimiento en la calma".
Quien pase sus días y sus noches en sintonía con el tiempo de sus cuerpo, hará su vida más fácil, pero a menudo no sabemos cuándo son nuestras horas fuertes y nuestras horas débiles.
El tiempo no es otra cosa que lo que marca el reloj.
Hasta la Revolución Industrial las personas orientaban su día en función del sol; luego empezó el dominio del reloj para "fichar". Como máximo podían escapar de él los artistas, los profesores de universidad, y los aristócratas.

Se cuenta que mientras Goeth y Thomas Mann ya estaban activos bien temprano, Albert Eisnstein era un dormilón empedernido.
El insomnio, las enfermedades cordiovasculares y los accidentes laborales son mucho más frecuentes en estas personas que en las de ritmo diurno y nocturno normal.
El tiempo no es otra cosa que lo que marca el reloj.
El cuerpo y el alma padecen más cuando las personas vivimos totalmente en contra de nuestro reloj interno. Las personas que trabajan de noche ponen a prueba su organismo de manera similar al poeta Balzac, y también pagan un precio muy alto por ello...
El insomnio, las enfermedades cordiovasculares y los accidentes laborales son mucho más frecuentes en estas personas que en las de ritmo diurno y nocturno normal.
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Así escribió Honorato sus 90 novelas. Pero su gran obra LA COMEDIA HUMANA permaneció inacabada. Murió a los 51 años, y es lógico preguntarse, ¿con cuántas obras habría enriquecido Balzac la literatura universal si en vez de ser tan bruto consigo mismo, hubiese llevado una vida más saludable y ordenada?
El cuerpo y el alma padecen más cuando las personas vivimos totalmente en contra de nuestro reloj interno. Las personas que trabajan de noche ponen a prueba su organismo de manera similar al poeta Balzac, y también pagan un precio muy alto por ello...
TRISTEZA DE LA PENUMBRA.

Honoré de Balzac, uno de los grandes autores de la literatura francesa, convirtió la siguiente jornada laboral en una costumbre: se acostaba hacia las seis de la tarde, dormía hasta medianoche, se levantaba y se ponía su ropa de trabajo (un hábito blanco de monje con una cadena dorada, de la que colgaba un cuchillo para cortar papel). Después se preparaba un café muy fuerte del que bebía dos tazas. De esta manera, con un a pluma de cuervo, escribía normalmente durante ... (ver texto completo)
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Así escribió Honorato sus 90 novelas. Pero su gran obra LA COMEDIA HUMANA permaneció inacabada. Murió a los 51 años, y es lógico preguntarse, ¿con cuántas obras habría enriquecido Balzac la literatura universal si en vez de ser tan bruto consigo mismo, hubiese llevado una vida más saludable y ordenada?
TRISTEZA DE LA PENUMBRA.

Honoré de Balzac, uno de los grandes autores de la literatura francesa, convirtió la siguiente jornada laboral en una costumbre: se acostaba hacia las seis de la tarde, dormía hasta medianoche, se levantaba y se ponía su ropa de trabajo (un hábito blanco de monje con una cadena dorada, de la que colgaba un cuchillo para cortar papel). Después se preparaba un café muy fuerte del que bebía dos tazas. De esta manera, con un a pluma de cuervo, escribía normalmente durante ... (ver texto completo)
Por la mañana, el reloj se adelanta y por la noche, se atrasa de nuevo: de esta forma ambos efectos se compensan entre sí.
El tiempo de reposo del cuerpo sigue siendo de unas ocho horas, aunque la duración del día varíe.
Durante la noche la luz tiene el efecto inverso: si el día es más largo de lo que cabría esperar según el reloj interior, el reloj biológico modera su ritmo.
Por la mañana, el reloj se adelanta y por la noche, se atrasa de nuevo: de esta forma ambos efectos se compensan entre sí.
Se podría pensar que con el cambio de estaciones, y cuando el sol sale más temprano, el tiempo corporal debería acelerase, pero esto no ocurre porque para que esto no nos trastorne el sueño, el reloj se ajusta otra vez por la noche.
Durante la noche la luz tiene el efecto inverso: si el día es más largo de lo que cabría esperar según el reloj interior, el reloj biológico modera su ritmo.
Las personas necesitamos otras cosas además de la luz del día como señal temporal para ajustar el tiempo corporal con el ciclo solar. Si al reloj interior lo dejásemos actuar a su libre albedrío, se atrasaría días tras día.
Se podría pensar que con el cambio de estaciones, y cuando el sol sale más temprano, el tiempo corporal debería acelerase, pero esto no ocurre porque para que esto no nos trastorne el sueño, el reloj se ajusta otra vez por la noche.
Se dice que el reloj interior de cada persona va un par de minutos atrasado con respecto al paso del día a la noche. En la naturaleza esto no supone problema alguno, ya que todas las criaturas utilizamos el sol para ajustar nuestro cronómetro.
Las personas necesitamos otras cosas además de la luz del día como señal temporal para ajustar el tiempo corporal con el ciclo solar. Si al reloj interior lo dejásemos actuar a su libre albedrío, se atrasaría días tras día.
Se dice que el reloj interior de cada persona va un par de minutos atrasado con respecto al paso del día a la noche. En la naturaleza esto no supone problema alguno, ya que todas las criaturas utilizamos el sol para ajustar nuestro cronómetro.