¡Ostras, Valtueña! Ya me había olvidado que fuimos Javier y yo a conocer ese
pueblo; allí, como el que no quiere la cosa, encontramos a un
joven Villarejeño casado con una chica del pueblo.
Me pregunto si habrán hecho las obras que tenían que hacer en la
Iglesia y en la
Ermita de la
Virgen de la Cuesta. Si, sí, como lo oís, mejor dicho, como lo leéis. Allí, también está la Virgen de la Cuesta, aunque por lo que pudimos ver, no es tan venerada como en Alconchel.
No sé si alguien se pondría en
... (ver texto completo)