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Schnakenberg, quien deja en entredicho la veracidad de algunas de las historias, abre la caja de los truenos ¿Conocía que Chaplin estuvo semanas sin querer bañarse, que Spielberg se tragó un ministransistor, o que Coppola dirigió una película porno en 3D? Siga leyendo que empezamos... luces, cámara y ¡acción!...
Schnakenberg, quien deja en entredicho la veracidad de algunas de las historias, abre la caja de los truenos ¿Conocía que Chaplin estuvo semanas sin querer bañarse, que Spielberg se tragó un ministransistor, o que Coppola dirigió una película porno en 3D? Siga leyendo que empezamos... luces, cámara y ¡acción!...
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ALFRED HITCHCOCK (1899-1980)
"La duración de una película debe estar directamente relacionada con el aguante de la vejiga humana"
Para caer bien a Hitchcock existía una regla básica: había que llamarle Hitch, pues era el único sobrenombre al que respondía. Odiaba que se le llamara Fred o Cocky. El maestro del suspense era un hombre solitario y muy dado a gastar bromas que sacaban a la luz su vena cruel. No sólo eso, también le divertía hacer regalos extraños a la gente o deleitar a sus invitados con 'cenas azules' que consistían en un menú de este color: filete azul, guisantes azules y puré de patata azul para comprobar si el cambio de color de los alimentos repugnaba a sus invitados. Una anécdota curiosa es que a veces se levantaba la camiseta para asustar a las actrices mostrando su panza lisa ya que no tenía ombligo: se lo habían quitado en una operación de estómago. Estaba obsesionado con el estrangulamiento, le repugnaban los huevos, especialmente la yema. En una ocasión llegó a declarar "tengo miedo a los huevos". Sus amigos cuentan que era incapaz de mirar a su esposa cuando estaba embarazada y tenía una gran afición por disfrazarse de mujer... ... (ver texto completo)
ALFRED HITCHCOCK (1899-1980)
"La duración de una película debe estar directamente relacionada con el aguante de la vejiga humana"
Para caer bien a Hitchcock existía una regla básica: había que llamarle Hitch, pues era el único sobrenombre al que respondía. Odiaba que se le llamara Fred o Cocky. El maestro del suspense era un hombre solitario y muy dado a gastar bromas que sacaban a la luz su vena cruel. No sólo eso, también le divertía hacer regalos extraños a la gente o deleitar a sus invitados con 'cenas azules' que consistían en un menú de este color: filete azul, guisantes azules y puré de patata azul para comprobar si el cambio de color de los alimentos repugnaba a sus invitados. Una anécdota curiosa es que a veces se levantaba la camiseta para asustar a las actrices mostrando su panza lisa ya que no tenía ombligo: se lo habían quitado en una operación de estómago. Estaba obsesionado con el estrangulamiento, le repugnaban los huevos, especialmente la yema. En una ocasión llegó a declarar "tengo miedo a los huevos". Sus amigos cuentan que era incapaz de mirar a su esposa cuando estaba embarazada y tenía una gran afición por disfrazarse de mujer... ... (ver texto completo)