No, no era, ni es para tanto, muchachos, pero al final he terminado estirada en una camilla esperando que se me fuese el mareo; bueno no sé vosotros si pensaréis, como yo, que era un mareo o vahído que es lo mismo, pero el caso es que a mi me ha parecido estar en Londres por la
niebla que veía delante de mi.
El "pinchacillo de ná" me lo han dado cerca de la gobanilla (¿recordáis la palabreja?) y ahí duele mucho más y se tarda el doble.
Otra cosa que no me va a hacer ninguna gracia, si Dios no
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