En el arte, Santa Juliana es a veces mostrada en un caldero, guiando a Satanás encadenado, o con una corona y llevando una cruz sobre su pecho. En la pintura y ventanales eclesiásticos de la Edad Media, Santa Juliana es mostrada frecuentemente batallando con un dragón con alas; usualmente ella lleva una cadena para amarrarlo. También puede ser vista con un dragón a sus pies.