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Problemática actual
Su progresiva disminución en el centro de Europa ha provocado su inclusión en el Convenio de Berna como especie protegida y en el anexo IIa de la Directiva Hábitats (Viejo Montesinos & Sánchez Cumplido, 1994). Esta decisión no se basó en ningún estudio detallado sino en la opinión personal de expertos consultados. En realidad, la inclusión de los invertebrados en el Convenio de Berna fue bastante polémica y se limitó a las especies no controvertidas políticamente (Stuart Ball, com. pers.). Más que otra cosa, lo que indica esto es la falta de consideración hacia los insectos, e invertebrados en general, dentro de las políticas de conservación.
Aparte del Reino Unido, cuya base de datos sobre la especie es envidiable y un ejemplo a seguir (Clark, 1966; Joint Nature Conservation Committee, datos no publicados), no conocemos informes sobre su estado en ningún país europeo. Jirí Simandl (com. pers.) afirma que es frecuente en zonas bajas de la República Checa y Eslovaquia. En España, la Asociación española de Entomología está en la actualidad coordinando una recopilación de la información disponible sobre todos los artrópodos citados en la Directiva Hábitats. Nuestro grupo está colaborando en esa tarea y, gracias a la colaboración de gran número de personas, esperamos disponer en octubre de un primer mapa de distribución para el territorio nacional. Por el momento, nuestra impresión es que las poblaciones de la franja cantábrica son numerosas y que al menos otro núcleo importante se mantiene en las Sierras de Gredos y de Guadarrama. Su presencia en la mitad meridional de la Península Ibérica es dudosa.
Esto no significa que no existan motivos de preocupación. El principal lo constituye la pérdida del hábitat. Aunque se ha ligado esta especie a la presencia de robledales maduros de Quercus robur, en la Península Ibérica se encuentra también en otras especies de Quercus, como Q. pyrenaica y Q. ilex. En cualquier caso, su dependencia de bosques maduros tampoco está muy clara. En Asturias se encuentra en zonas de campiña, con prados y pequeños bosquecillos y setos dispersos, y también en parques urbanos y en manchas de eucaliptal, suponemos que debido a la presencia de caducifolias como el Castaño, Castanea sativa, dispersas dentro de esas plantaciones. Todo ello hace pensar que esta especie es bastante resistente tanto a la fragmentación como a la degradación de la calidad del hábitat. Sin embargo, en el Reino Unido, donde la especie persiste en un hábitat de campiña (Drake, 1994) la regresión es notable por lo que la fragmentación de hábitat constituye un peligro real. Se ha citado su limitación altitudinal en los 600 m, (Jirí Simandl, com. pers.) pero esto es manifiestamente falso, al menos al sur de la Cordillera Cantábrica.
El efecto perjudicial del coleccionismo se ha mencionado como causa adicional (Sánchez, 1983; Huerta & Rodríguez, 1988; Rodríguez, 1989) pero sin base firme. Por un lado, el SEPRONA desconoce casos de tráfico de ejemplares de Ciervo Volante (José Delgado, com. pers.). Por otro, algunas personas nos han comentado la venta de ejemplares en tiendas de animales y filatelias. La frecuencia de estos hechos y su repercusión sobre las poblaciones naturales son un misterio. En la literatura sobre conservación de insectos amenazados, normalmente se ha considerado despreciable la influencia de la recolección (Pyle et al., 1981) como causa de extinción de especies, incluso a nivel local. En cualquier caso, podríamos enfrentarnos a un vacío legal en este asunto, dado que el Ciervo Volante no está incluido en el CITES.
Por último, las repercusiones negativas de pesticidas o de la mortalidad en carreteras sobre las poblaciones de este escarabajo tampoco ha sido estudiadas de modo detallado."
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