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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA (Cuenca)

Cerro del Castillo

“2004-10-27 18:28:13
¿No te parece una borriquería?”
Buenos días alconcheleros.
Me he subido a lo alto del Castillo a ver qué tal se veían los campos de nuestro pueblo tras la llegada del Otoño; he podido comprobar que continúan respirando la paz y tranquilidad de tantas veces; el airecillo se nota cálido y puro a más no poder, y casi como siempre, a mí, que estoy acostumbrada a los ruidos y poluciones capitalinos-catalanes, se me reseca la nariz y la garganta "al cambio".
Bueno, pues nada, que felicidades a los que pasen, si es que pasan por aquí, ... (ver texto completo)
Respuestas sabias.

Celebraban en familia el quincuagésimo cumpleaños de un amigo, cuando este le preguntó a su padre:
-Oye papá ¿cómo te sientes con un hijo de cincuenta años?
El papá respondió en el acto:
-Mucho mejor que con uno de 18.
...
Un reportero visitó a una anciana de un pueblo vecino el día que ella cumplía cien años y le preguntó:
- ¿Cómo se siente al comenzar su segundo siglo de vida?
-Me siento mucho más segura sobre mis piernas que cuando comencé el primero- respondió la abuela.
Respuestas sabias.

Celebraban en familia el quincuagésimo cumpleaños de un amigo, cuando este le preguntó a su padre:
-Oye papá ¿cómo te sientes con un hijo de cincuenta años?
El papá respondió en el acto:
-Mucho mejor que con uno de 18.
Nada chicos, ha llegado la hora de ir a dormir. Un beso, buenas noches para todos y hasta mañana si Dios quiere.
Las personas necesitamos disfrutar de cosas nuevas y diferentes, y debemos realizar tanta actividad física como sea posible dentro de los límites razonables.
TRABAJANDO JUNTOS.

Si se iba entonces hacia la realización de programas operacionales para mejorar el estado atmosférico, los hacedores de lluvia debían asegurarse de lo que estaban haciendo antes de actuar. Por ejemplo, doblar la cantidad de nieve que ca normalmente en una vertiente de montaña podía ayudar al agricultor del valle, pero perjudicar al ranchero con una "vendisca" de nieve que matase a parte de su ganado. Una mayor cantidad de lluvia podía beneficiar a una compañía hidroeléctrica, ... (ver texto completo)
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Sería necesaria la educación conducente al acuerdo de todos los interesados en un proyecto, y deberían ser considerados plenamente los aspectos humanos y sociales del mismo. "Un científico puede bombardear un núcleo con neutrones sin pedirle antes permiso a ese núcleo", decía Myron Tribus, ex secretario adjunto de Comercio norteamericano para la Ciencia y la Tecnología, pero "no puede modificar el medio ambiente sin consultar a las personas que van a experimentar los efectos de tal modificación".
TRABAJANDO JUNTOS.

Si se iba entonces hacia la realización de programas operacionales para mejorar el estado atmosférico, los hacedores de lluvia debían asegurarse de lo que estaban haciendo antes de actuar. Por ejemplo, doblar la cantidad de nieve que ca normalmente en una vertiente de montaña podía ayudar al agricultor del valle, pero perjudicar al ranchero con una "vendisca" de nieve que matase a parte de su ganado. Una mayor cantidad de lluvia podía beneficiar a una compañía hidroeléctrica, ... (ver texto completo)
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Basándose en los resultados de las pruebas, Simpson calculó que seis grandes nubes "sembradas" en tres horas proporcionarían una cantidad de lluvia suficiente para cubrir unos diez kilómetros cuadrados con una capa de agua de unos treinta centímetros de altura, a un coste de unos dos mil dólares (140.000 pesetas) en los años 70. Al costo aproximado de unos cuatro centavos de dólar por metro cúbico de agua para riego, se podía obtener una ganacia de 120.000 dólares (8.400.000 pesetas), o sea, ... (ver texto completo)
ESTUDIOS ANTES DE "SEMBRAR".

Había optimismo respecto a que el método de Simpson pudiera aplicarse con éxito en gran parte de los trópicos, donde vivía una tercera parte de la población total del mundo. Pero los métodos de Florida no podían ser empleados a voluntad en zonas de distintas condiciones metereológicas. "No conocemos todavía el grado de sembrabilidad de otros lugares, decía Simpson. "Podemos, sin embargo, averiguar por cálculo si en una zona determinada es posible o no modificar el ... (ver texto completo)
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Subsistía una pequeña posibilidad de que algunos de los resultados fueran obra de la naturaleza. Simpson quería una serie más de pruebas. Los experimentos de 1970 disiparon cualquier duda razonable que pudiera quedar. En los días que el ordenador permitía seguir adelante, la lluvia procedente de las nubes "sembradas" excedía en un 140 por ciento a la de las nubes que servían de testigo. Se estableció una definición clara de la calidad de "sembrable": los días buenos para la "siembra" son aquéllos ... (ver texto completo)
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Basándose en los resultados de las pruebas, Simpson calculó que seis grandes nubes "sembradas" en tres horas proporcionarían una cantidad de lluvia suficiente para cubrir unos diez kilómetros cuadrados con una capa de agua de unos treinta centímetros de altura, a un coste de unos dos mil dólares (140.000 pesetas) en los años 70. Al costo aproximado de unos cuatro centavos de dólar por metro cúbico de agua para riego, se podía obtener una ganacia de 120.000 dólares (8.400.000 pesetas), o sea, ... (ver texto completo)
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A causa de las gigantescas cantidades de cristales de yoduro de plata que se liberaban, muchas de las nubes parecían estallar literalmente, al producirse la súbita congelación. El porcentaje de lluvia de las nubes "sembradas" no fue muy diferente del de las nubes que no se sembraron. Pero el incrementado tamaño de aquéllas hizo que produjeran más cantidad de lluvia...
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Subsistía una pequeña posibilidad de que algunos de los resultados fueran obra de la naturaleza. Simpson quería una serie más de pruebas. Los experimentos de 1970 disiparon cualquier duda razonable que pudiera quedar. En los días que el ordenador permitía seguir adelante, la lluvia procedente de las nubes "sembradas" excedía en un 140 por ciento a la de las nubes que servían de testigo. Se estableció una definición clara de la calidad de "sembrable": los días buenos para la "siembra" son aquéllos ... (ver texto completo)
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Finalmente, fueron seleccionadas catorce nubes, y cada una de ellas fue atacada con veinte bengalas que contenían, en total, un kilo de yoduro de plata. Todas estas nubes, salvo un, a alcanzaron el tamaño y la forma que suelen tener los cúmulos antes de producir una tormenta, y la lluvia que cayó de ellas duplicó o triplicó la cantidad normal (y el único fracaso fue previsto, calculado correctamente por el ordenador). Al fin, había una alentadora prueba de experimentos controlados...
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A causa de las gigantescas cantidades de cristales de yoduro de plata que se liberaban, muchas de las nubes parecían estallar literalmente, al producirse la súbita congelación. El porcentaje de lluvia de las nubes "sembradas" no fue muy diferente del de las nubes que no se sembraron. Pero el incrementado tamaño de aquéllas hizo que produjeran más cantidad de lluvia...
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Las pruebas comenzaron en Florida en 1968. Cada mañana se realizaba un sondeo atmosférico y se "alimentaba" a un ordenador con todos los datos obtenidos. Si éste calculaba que las nubes se agrandarían de modo natural hasta alcanzar grandes alturas o que no serían susceptibles de ser "sembradas" en masa, se cancelaba la operación de ese día...
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Finalmente, fueron seleccionadas catorce nubes, y cada una de ellas fue atacada con veinte bengalas que contenían, en total, un kilo de yoduro de plata. Todas estas nubes, salvo un, a alcanzaron el tamaño y la forma que suelen tener los cúmulos antes de producir una tormenta, y la lluvia que cayó de ellas duplicó o triplicó la cantidad normal (y el único fracaso fue previsto, calculado correctamente por el ordenador). Al fin, había una alentadora prueba de experimentos controlados...
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Prueba positiva.

Una cosa estaba clara: antes de que pudiera cntrolarse racionalmente la lluvia, había que aprender mucho más sobre las nubes. La meteorólogo Joanne Simpson ya estaba dedicada a este estudio. Trabajando en el Caribe con una técnica de "siembra" en masa o "dinámica" de las nubes, su equipo había probado de modo concluyente que inyecciones de yoduro de plata mil veces mayores que las realizadas por los experimentadores anteriores producían una fantástica expansión de la nube, ... (ver texto completo)
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Las pruebas comenzaron en Florida en 1968. Cada mañana se realizaba un sondeo atmosférico y se "alimentaba" a un ordenador con todos los datos obtenidos. Si éste calculaba que las nubes se agrandarían de modo natural hasta alcanzar grandes alturas o que no serían susceptibles de ser "sembradas" en masa, se cancelaba la operación de ese día...
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Luego, en 1966, la Academia Nacional de Ciencias norteamericana revisó los resultados de dieciocho operaciones comerciales y llegó a la conclusión de que los hacedores de lluvia artificial habían incrementado la precipitación atmosférica de un diez a un veinte por ciento. Y abogó por un programa gubernamental de experimentos controlados y evaluación de la investigación que costaría muchos millones de dólares...
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Prueba positiva.

Una cosa estaba clara: antes de que pudiera cntrolarse racionalmente la lluvia, había que aprender mucho más sobre las nubes. La meteorólogo Joanne Simpson ya estaba dedicada a este estudio. Trabajando en el Caribe con una técnica de "siembra" en masa o "dinámica" de las nubes, su equipo había probado de modo concluyente que inyecciones de yoduro de plata mil veces mayores que las realizadas por los experimentadores anteriores producían una fantástica expansión de la nube, ... (ver texto completo)