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La parte más fea del trabajo les corresponde a los ‘mahouts’, los cuidadores y entrenadores de los elefantes, que inspeccionan los excrementos y recolectan a mano el café para después secarlo al sol. Los fabricantes han puesto la guinda al extraño proceso con una estudiada ceremonia de preparación: los granos se muelen a mano en la mesa del consumidor y la infusión se prepara con una hermosa cafetera de sifón, al estilo vienés del siglo XIX...
La parte más fea del trabajo les corresponde a los ‘mahouts’, los cuidadores y entrenadores de los elefantes, que inspeccionan los excrementos y recolectan a mano el café para después secarlo al sol. Los fabricantes han puesto la guinda al extraño proceso con una estudiada ceremonia de preparación: los granos se muelen a mano en la mesa del consumidor y la infusión se prepara con una hermosa cafetera de sifón, al estilo vienés del siglo XIX...
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Eso sí, el precio de la taza resulta solo indicativo, porque a esos 40 euros habrá que sumarles el importe del viaje hasta el único lugar donde se sirve, los ‘resorts’ de Anantara en las Maldivas y Tailandia. Una vez allí, mientras aspiran el aroma selvático del Black Ivory, más vale que no piensen mucho en el lugar de donde procede, porque a lo mejor les amarga la experiencia."
Eso sí, el precio de la taza resulta solo indicativo, porque a esos 40 euros habrá que sumarles el importe del viaje hasta el único lugar donde se sirve, los ‘resorts’ de Anantara en las Maldivas y Tailandia. Una vez allí, mientras aspiran el aroma selvático del Black Ivory, más vale que no piensen mucho en el lugar de donde procede, porque a lo mejor les amarga la experiencia."