Hemos de recordar siempre, que los padres tenemos "derechos", y que como todos los derechos, éstos se pierden cuando no se ejercen.
Los padres que aman verdaderamente a sus hijos los enseñan, los dirigen y no se limitan a satisfacer sus caprichos. Porque en última instancia, no es lo que usted haya hecho por sus hijos, sino lo que les haya enseñado a hacer por sí mismos, lo que les hará triunfar en la vida.