Volviendo hacia el pueblo este verano, en una noche tibia, clara rosada e iluminada por la luna y por las lucecillas de las farolas se pararon a descansar; habían caminado muy deprisa y se habían cansado mucho. Las luces del pueblo, y las de los demás pueblos de alrededor se veían a 10 kilómetros, otros más cerca, pero, parecía que nunca iban a llegar a aquellas soñolientas lucecillas lejanas.
Años atrás, y en noches parecidas, una se puede llegar a imaginar el calor que hacía en la posada de La ... (ver texto completo)
Años atrás, y en noches parecidas, una se puede llegar a imaginar el calor que hacía en la posada de La ... (ver texto completo)