Alfredo Pallardo Ruiz escribió esta poesía allá por "los años veinte".
MI VOZ.
El 11... y no capicúa.
A mi modo de entender,
por dos lados se ha de ver,
y casi... no lo ve ninguno...
que este número mirado
por uno o por otro lado,
no da igual, aunque de uno...
Una cifra tan sencilla,
por la derecha es semilla
de ruindades a montones,
y esto no me maravilla:
¿No andamos de coronilla,
en todas las... ocasiones?
La izquierda ve llevadero
el parrafito tercero
del numerito famoso,
y mira olímpicamente,
cómo marcha la corriente
por el río caudaloso.
Los unos se escandalizan,
los otros ridiculizan,
tantas mojigaterías...
y en tanto, los concentrados
gobiernan, tan encantados
como en sus mejores días.
El caso es gramatical,
y estudiando es natural
y a más receta cultura
¡Y si eso es en general,
diremos del Pedregal,
que es gramático de altura!
Al dejar el ministerio
de Hacienda, como hombre serio
que se debe al reformismo,
antes que a unos lameles,
¡pese al juicio de los fieles,
es fiel ante el patriotismo!
Un hombre en su valía,
que tiene la valentía
de declararse importuno,
ante una absurda compañía,
ha probado que en España
aún hay hombres... y él es uno.
Claro que, ante la opinión,
hoy gobierna la nación
el reformismo agredido...
pues al cabo, ha recibido
hacia arriba el empujón.
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