UN DÍA NEGRO. Cuentos romanos. A. MORAVIA.-
Y luego dicen. Hay quienes no creen en la iettatura, pero yo tengo pruebas. ¿Qué día era anteayer? Martes, 17. ¿Qué me ocurrió por la mañana, antes de salir? Al buscar el pan, en el aparador, tiré la sal. ¿A quién me encontré en cuanto salí a la calle? A una muchacha jorobada, con un antojo peludo en la cara, a quien no había visto nunca por el barrio, y eso que conozco a todo el mundo. ¿Qué hice al entrar en el garaje? Pasé bajo la escalera de un obrero ... (ver texto completo)
Y luego dicen. Hay quienes no creen en la iettatura, pero yo tengo pruebas. ¿Qué día era anteayer? Martes, 17. ¿Qué me ocurrió por la mañana, antes de salir? Al buscar el pan, en el aparador, tiré la sal. ¿A quién me encontré en cuanto salí a la calle? A una muchacha jorobada, con un antojo peludo en la cara, a quien no había visto nunca por el barrio, y eso que conozco a todo el mundo. ¿Qué hice al entrar en el garaje? Pasé bajo la escalera de un obrero ... (ver texto completo)