Compositores nacionalistas
Mijail Glinka
Óleo de Ilia Repin, siglo XIX. Galería Tretiakov, Moscú.
Mijail Glinka (1804-1857) fue el artífice del despertar musical en la Rusia del siglo XIX. Es considerado el fundador del nacionalismo ruso, preparando el terreno al Grupo de los Cinco. Intentó crear una ópera nacional basada en el folclore popular. Compuso las óperas La vida por el zar y Ruslan y Ludmila, y la fantasía Kamarinskaia.
Alexander Dargomijski (1813-1869) siguió la línea marcada por Glinka. Su obra denota un profundo dramatismo. Incorporó una nueva forma de recitativo melódico. Es autor de las óperas Esmeralda y Rusalka y una obra sin terminar, El convidado de piedra, que influyeron en el compositor impresionista francés Claude Debussy.
El Grupo de los Cinco.
Heredero de la tradición iniciada por Glinka, desarrolló su actividad en San Petersburgo. Formaban este grupo los siguientes compositores:
César Cui (1835-1918) fue el ideólogo del grupo y escribió óperas, música coral y de cámara y obras orquestales. Su ópera más importante es El prisionero del Cáucaso.
Alexeievich Balakirev (1837-1910) practicó la música de manera autodidacta. Su exacerbado nacionalismo le acarreó enfrentamientos con círculos musicales académicos rusos. Entre sus principales composiciones figuran la sinfonía para piano Islamey y el poema sinfónico Tamara.
Alexander Borodin (1833-1887) compuso obras como la ópera El príncipe Igor, que incluye las famosas Danzas polovtsianas, y el poema sinfónico En las estepas del Asia Central. Su música tiene gran fuerza y es rica en melodías y colorismo.
Nikolai Rimski-Korsakov (1844-1908) fue el más técnico y el mejor preparado del Grupo de los Cinco, maestro en la instrumentación. Sus obras más conocidas son las sinfonías La gran Pascua rusa, Capricho español y Scherezade, junto a un buen número de óperas, como Noche de mayo, Sadko y, la más popular de todas, El gallo de oro.
Modest Mussorgski (1839-1881) fue el más genial e innovador del grupo, y su obra muestra una fuerte influencia de la música popular rusa, como puede apreciarse en las óperas Boris Godunov y Kovantchina, el poema sinfónico Una noche en el monte Pelado y la suite para piano Cuadros de una exposición
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