Equipo superior.
En un parque zoológico se había congregado un grupo de espectadores ante la jaula de un orangután hembra con su cría, cada vez que el monito trataba de encaramarse por los barrotes, la madre lo alcanzaba con una de sus largas extremidades, como si tal cosa.
-Fíjate en la mona- le decía una señora a otra-. ¡Qué cara de placidez tiene!
-Así cualquiera -respondió la vecina-. Tienelo que ya quisiera para sí toda madre... ¡cuatro manos!
En un parque zoológico se había congregado un grupo de espectadores ante la jaula de un orangután hembra con su cría, cada vez que el monito trataba de encaramarse por los barrotes, la madre lo alcanzaba con una de sus largas extremidades, como si tal cosa.
-Fíjate en la mona- le decía una señora a otra-. ¡Qué cara de placidez tiene!
-Así cualquiera -respondió la vecina-. Tienelo que ya quisiera para sí toda madre... ¡cuatro manos!